Los registros fiscales del presidente estadounidense, Donald Trump, muestran señales de problemas financieros; él asegura que ha perdido miles de millones de dólares en ingresos mientras ha estado en el cargo y que sus hijos mayores dicen que el negocio familiar ha dejado ir decenas de acuerdos potenciales en todo el mundo.
Ahora que los electores le negaron un segundo periodo, Trump tal vez busque regresar a una carrera otrora lucrativa en la televisión, en esta ocasión con un giro decididamente político. Su negocio familiar también tendrá la libertad de compensar el tiempo perdido y, una vez más, podría fijar la mirada en el extranjero, donde los hoteles y los clubes de golf ayudaron a impulsar su crecimiento antes de su elección en 2016.
Eric Trump y un portavoz de la Organización Trump no respondieron el sábado a las solicitudes de hacer comentarios sobre los planes para el negocio después de la Casa Blanca. El presidente emitió un comunicado en el que disputa el resultado de la elección e indica que él no cree haber perdido.
Después de ganar la presidencia hace cuatro años, Donald Trump se negó a vender su participación accionaria en la Organización Trump y en cambio adoptó un plan que, según mencionó, eliminaría los conflictos de interés. Entre otras cosas, la Organización Trump prometió renunciar a nuevos tratos fuera de Estados Unidos y contrató a un asesor de ética para evaluar ciertos proyectos en el país.
Los demócratas y otras personas argumentaron que las restricciones eran medidas mediocres en el mejor de los casos y, en efecto, no hicieron mucho para evitar que el presidente convirtiera sus complejos vacacionales y hoteles en un centro neurálgico de solicitud de favores para cabilderos, donadores y jefes de corporaciones, como reportó The New York Times en octubre.
Aun así, la presidencia afectó el negocio familiar privado, el cual no ha firmado ningún acuerdo hotelero desde que Trump ingresó a la Casa Blanca. La compañía dejó en pausa la propuesta de una cadena de hoteles económicos el año pasado y las declaraciones financieras de Trump mostraron que las principales propiedades que generan efectivo se vinieron abajo, en su mayoría. Sin ofrecer evidencia, Trump afirmó el año pasado que ser presidente problemente le estaba “costando entre 3000 y 5000 millones de dólares”.
La prohibición de nuevos tratos en el extranjero probablemente asestó el mayor golpe. Antes de la presidencia, la compañía contemplaba una importante expansión en China, por lo que conservó una cuenta bancaria china y mantuvo una oficina inactiva en Shanghái durante la presidencia. También había realizado trabajo exploratorio sobre nuevas sociedades de negocios en Colombia, Brasil y Turquía.
Al ya no estar limitada por su plan de ética autoimpuesto, ahora se espera que la Organización Trump busque contratos hoteleros y otros proyectos, según varias personas cercanas a la empresa. Aun así, habrá numerosos obstáculos para la recuperación, incluyendo la pandemia de coronavirus, las investigaciones relacionadas con la compañía por parte de las autoridades y un concepto profundamente dividido de Trump entre la sociedad estadounidense. De manera adicional, si Trump hiciera el intento de regresar a la Casa Blanca en 2024, quizá tenga que evitar nuevos involucramientos extranjeros que pudieran darles municiones a sus rivales políticos.
A medida que Trump se prepara para convertirse de nuevo en un ciudadano común, a continuación, analizamos el panorama de su negocio familiar.
Trump podría comenzar a vender su nombre de nuevo.
La manera más rápida de obtener dinero para la Organización Trump es activar el interruptor en su máquina de convenios internacionales, al vender licencias con el nombre Trump a proyectos inmobiliarios como hoteles y edificios residenciales.
Cuando Trump llegó a la Casa Blanca en 2017, ejecutivos de la Organización Trump dijeron que la compañía había dejado pasar más de dos docenas de tratos relacionados con la marca, incluidos algunos en China, Israel y otros en diversos puntos de Sudamérica. Cuando Trump deje el cargo, puede aprovechar el hecho de que goza de popularidad en algunos países y su marca es ampliamente reconocida.
Los tratos con la marca están en gran medida libres de riesgo para la compañía porque no requieren inversión de capital y generalmente aportan entre 500.000 y un millón de dólares al año, al menos al inicio. Los pagos a menudo sufren un declive después de que las unidades en los edificios residenciales se venden, a menos que la Organización Trump haga acuerdos paralelos para administrar las propiedades.
No obstante, su compañía aún enfrenta escrutinio legal.
Aunque el Congreso quizá ya no se enfoque tanto en las actividades empresariales de Trump, los fiscales de Nueva York continuarán sus investigaciones.
La Fiscalía de Distrito de Manhattan está investigando a Trump y a su compañía por una serie de posibles delitos financieros y está en busca de sus declaraciones de impuestos. La Fiscalía General del estado de Nueva York está a cargo de una indagatoria civil independiente sobre sospechas de que la compañía declaró falsamente sus activos, con el posible objetivo de reducir el pago de impuestos y obtener préstamos.
La compañía ha negado cualquier acto ilícito, pero podría estar reacia a proporcionarles a los investigadores más contratos que puedan inspeccionar. Eric Trump, quien dirige la compañía junto con su hermano, Donald júnior, mencionó el año pasado el escrutinio de los demócratas y los medios como una de las razones principales por las que se suspendieron los planes de abrir una nueva línea de hoteles.
Las investigaciones también podrían generar publicidad negativa conforme la compañía busca expandirse.
Un país polarizado y la pandemia podrían obstaculizar la recuperación.
Algunas de las propiedades más lucrativas de Trump se ubican en bastiones demócratas, como Nueva York y Chicago, ciudades en las que sigue siendo profundamente impopular. Además, su mayor generador de ingresos, su complejo de golf Doral en Florida, ha sufrido de una disminución de ingresos por conferencias, ya que grandes compañías y organizaciones se mantuvieron alejadas debido a su divisionismo.
En su tiempo en la presidencia, Trump ha intentado cerrar la brecha, al menos en parte, a través de eventos en sus propiedades de grupos conectados con la política republicana y él mismo. El Trump International Hotel cerca de la Casa Blanca con frecuencia estaba lleno de aliados partidistas.
No queda claro si esa clientela continuará asistiendo o si los detractores de Trump volverán a sus propiedades cuando deje la presidencia. Asimismo, ha sido un año difícil para la industria hotelera debido a la pandemia y esto ha afectado también a los bienes raíces comerciales. Ambos son vitales para la cartera de negocios de Trump.
Podría haber otro acto presidencial para Trump o sus hijos.
En fechas recientes, Trump ha sugerido en privado la idea de contender de nuevo en 2024. La posibilidad de otra contienda presidencial de Trump podría tener un efecto aterrador en sus negocios en los años intermedios, al menos en países como China, donde se podría formar una maraña de conflictos éticos y legales.
El presidente quizá tampoco sea el último Trump en postularse a un cargo público.
Donald Trump júnior e Ivanka Trump tal vez tengan aspiraciones políticas futuras y eso podría frenar algunos planes de crecimiento. Los riesgos son más grandes en el frente internacional, donde los posibles conflictos de intereses abundan.
Finalmente, está el amor de Trump por la televisión.
Durante su periodo en la Casa Blanca, Trump puso a sus hijos mayores a cargo de su compañía junto a un equipo de otros ejecutivos. Sin embargo, incluso antes de eso, se había apartado un poco de la búsqueda de acuerdos, al permitir que sus hijos llevaran la batuta.
Una de las interrogantes más intrigantes del regreso de Trump a la vida privada es en qué punto y de qué manera se volverá a insertar en el negocio familiar. Debido a que alguna vez fue una estrella de la telerrealidad, también podría regresar a la televisión como un comentarista político o en otro papel, afirman personas cercanas a él.
Ha habido conversaciones preliminares sobre adquirir o iniciar una cadena televisiva con la marca Trump, por ejemplo. Su trabajo en “El aprendiz”, según muestran los registros fiscales, le trajo nuevas fuentes de efectivo y extendió una narrativa que ayudó a impulsarlo hacia la Casa Blanca, reportó el Times en septiembre. Discursos pagados y convenios con editoriales para escribir un libro también podrían estar en su futuro.