Los europeos respiran un mejor aire que hace diez años

Los europeos respiran un mejor aire que hace diez años
Europa. Foto/viajesestudiantes.com.

La calidad del aire ha mejorado sensiblemente en Europa a lo largo de la última década, pero muchos europeos siguen muriendo prematuramente a causa de la contaminación, señaló este lunes un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

La contaminación del aire es el enemigo medioambiental número uno de la salud de los europeos, puesto que causa enfermedades respiratorias y cardiovasculares fatales, subraya el estudio.

En la última década analizada (2009-2018), la cantidad de decesos a causa de los principales contaminantes del aire ha disminuido. Esto gracias al efecto combinado de políticas europeas y nacionales para reducir las emisiones de gases nocivos hacia la atmósfera, mejorando la calidad de los combustibles, por ejemplo.

La AEMA señala que en la Europa de los 28 (UE+Reino Unido) el número de muertes vinculadas a partículas finas PM 2,5 (las que flotan en el aire con un diámetro menor a 2,5 micras) pasó de 417.000 en 2009 a 379.000 en 2018.

En el conjunto de los 41 países europeos, la reducción fue del 13%, de 477.000 a 417.000 decesos.

Los países de Europa del este y la llanura del río Po –que atraviesa varias regiones del norte italiano– se encuentran entre los sitios más afectados, puesto que sus sistemas de calefacción utilizan más carbón que en el resto del continente, y en el caso de Italia se combina con una alta concentración industrial en esa zona.

Sólo en lo que concierne al dióxido de nitrógeno (NO2), gas que emana sobre todo de los vehículos y plantas de energía térmica, las muertes precoces disminuyeron en el orden de un 54% durante los últimos diez años, de 117.000 a 54.000 en los 28, y de 120.000 a 55.000 en todo el continente.

Desde comienzos de los años 2000, las emisiones de los principales contaminantes atmosféricos, particularmente los óxidos de nitrógeno (NOx), han disminuido considerablemente en Europa, señala esta agencia con sede en Copenhague.

– Peligros vinculados al ozono –

Sin embargo, existe un punto negro en lo que respecta a las partículas de ozono (O3), cuya tendencia es al alza con 19.400 decesos precoces en 2018, o sea, un aumento del 24% desde 2009.

“La mejora de la calidad del aire merced a políticas sobre el clima y medioambientales es una buena noticia, pero como toda buena noticia también tiene su lado negativo, y no podemos soslayar que el número de muertes prematuras continúa siendo demasiado elevado”, destacó el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius, citado en este informe.

En 2018, el 34% de los habitantes en las zonas urbanas todavía respiraba partículas de ozono en cantidad superior a los estándares europeos.

Los criterios europeos son menos estrictos que los de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según la cual el 99% de los habitantes de la UE respiran partículas de ozono muy por encima de lo recomendado.

Además, la formación de estas partículas se acelera con el aumento de las temperaturas, revela la AEMA.

Año particularmente caluroso, 2018 presentó “condiciones meteorológicas (…) muy favorables para la formación de O3”, generando elevadas concentraciones de éste, sobre todo en el norte y centro de Europa, subraya el informe.

– Covid-19 y contaminación del aire –

A comienzos de 2020, las medidas adoptadas por los gobiernos europeos para combatir la propagación del covid-19 tuvieron impacto sobre numerosas actividades económicas.

Esto permitió una mejora provisional de la calidad del aire durante la primavera (boreal).

La concentración de dióxido de nitrógeno, que puede causar inflamación de las vías respiratorias, descendió el 61% en España, 52% en Francia y 48% en Italia en abril. Estos países habían impuesto medidas drásticas de confinamiento.

El Servicio Copernicus para el control atmosférico contribuyó al estudio de eventuales vínculos entre covid-19 y la calidad del aire.

De acuerdo con su director, Vincent-Henri Peuch, el informe de la AEMA “nos ayuda a todos a actuar a favor de la ambición de Europa de alcanzar su objetivo de cero contaminación, que se traducirá en vidas más largas y saludables, así como en sociedades más resistentes”.

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