John Kerry, el exsecretario de Estado, será el zar del clima, según el equipo de transición del presidente electo Biden.
WASHINGTON — El presidente electo Joe Biden planea nombrar el martes a varios de los principales representantes de la seguridad nacional, dijo su oficina de transición, incluyendo al primer latino en dirigir el Departamento de Seguridad Nacional, a la primera mujer en dirigir la comunidad de inteligencia y a un exsecretario de estado, John Kerry, que será su zar del clima.
En un evento en Wilmington, Delaware, Biden anunciará sus planes de nominar a Alejandro Mayorkas para ser su secretario del Departamento de Seguridad Nacional, dijo su oficina de transición, y a Avril Haines como directora de inteligencia nacional. Tiene la intención de nombrar a Kerry como enviado presidencial especial para el clima. La oficina de transición también confirmó los informes del domingo por la noche de que Biden nominará a Antony J. Blinken para ser secretario de Estado y a Jake Sullivan como asesor de seguridad nacional.
Biden también nominará a Linda Thomas-Greenfield para ser embajadora ante las Naciones Unidas y devolverá el puesto a nivel de gabinete, dando a Thomas-Greenfield, una mujer afroestadounidense, un asiento en su Consejo de Seguridad Nacional.
El trabajo de Kerry no requiere la confirmación del Senado. En una declaración emitida por la oficina de transición se dice que Kerry “luchará contra el cambio climático a tiempo completo como Enviado Presidencial Especial para el Clima y tendrá un lugar en el Consejo de Seguridad Nacional”.
El incipiente equipo reúne a un grupo de ex altos funcionarios del gobierno de Barack Obama, la mayoría de los cuales trabajaron en estrecha colaboración en el Departamento de Estado y la Casa Blanca. Varios de ellos tienen estrechos vínculos con Biden que se remontan a años atrás. Son bien conocidos por los diplomáticos extranjeros en todo el mundo y comparten la creencia en los principios básicos de la formulación de la política exterior demócrata: cooperación internacional, alianzas y liderazgo fuertes de Estados Unidos, pero cautela ante las intervenciones extranjeras después de las guerras en Iraq y Afganistán.
Los distintos perfiles también reflejan el compromiso declarado de Biden con la diversidad, que ha quedado notoriamente a la zaga en los mundos de la política exterior y la seguridad nacional, donde los hombres blancos están representados de manera desproporcionada.
La lista de selección también mostró la determinación de Biden de seguir adelante en la formación de su gobierno a pesar de la continua negativa del presidente Donald Trump a admitir su derrota o ayudarle, incluso cuando un pequeño pero creciente número de legisladores republicanos y partidarios del presidente han pedido que se inicie una transición formal.
De ser confirmado, Mayorkas, quien se desempeñó como subsecretario de Seguridad Nacional de 2013 a 2016, sería el primer latino en dirigir el departamento encargado de implementar y administrar las políticas de inmigración de la nación.
Nacido en Cuba en una familia que huyó de la revolución castrista, fue fiscal de Estados Unidos en California y comenzó el primer mandato de Obama como director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos. Tendrá que restablecer la confianza en el departamento después de que muchos distritos electorales demócratas clave lo considerasen como el vehículo para algunas de las políticas más polémicas de Trump, como la separación de los niños inmigrantes de sus familias y la construcción de un muro a lo largo de la frontera sur.
Altos funcionarios de inmigración del gobierno de Obama recomendaron la nominación de Mayorkas como una manera de construir apoyo con la comunidad inmigrante mientras satisfacen a los moderados y funcionarios de carrera dentro de la agencia, que buscan un líder con experiencia en la aplicación de la ley.
Haines se desempeñó como subdirectora de la CIA en el gobierno de Obama antes de suceder a Blinken como asesora adjunta de seguridad nacional de Obama. También es exasesora de Biden, y fue asesora principal adjunta del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de 2007 a 2008, cuando Biden lo dirigía. Haines también se desempeñó como asesora del Consejo de Seguridad Nacional de Obama, ayudándole a navegar por cuestiones legales en torno a las operaciones de lucha contra el terrorismo y presionando para que haya más moderación para reducir las víctimas civiles.
Si es confirmada, Haines será la mujer de más rango en la comunidad de inteligencia. La CIA, ahora dirigida por primera vez por una mujer, Gina Haspel, reporta a la dirección de inteligencia nacional.
Thomas-Greenfield es una veterana del Servicio Exterior con 35 años de experiencia que ha servido en puestos diplomáticos en todo el mundo. Entre 2013 y 2017 fue secretaria de Estado adjunta para asuntos africanos. Igual de importante, en opinión de los funcionarios de Biden, es su tiempo como exdirectora general y directora de recursos humanos del Servicio Exterior; lo ven como un posicionamiento para ayudar a restaurar el ánimo en un Departamento de Estado en el que muchos funcionarios de carrera se sintieron ignorados, e incluso socavados, durante los años de Trump.
Thomas-Greenfield, que recientemente relató habló sobre su ingreso a un servicio exterior “todavía muy masculino y muy pálido” hace décadas, también se ha desempeñado como embajadora de Estados Unidos en Liberia y ha trabajado desde Suiza, Pakistán, Kenia, Gambia, Nigeria y Jamaica.
Tal vez la mayor sorpresa fue la decisión de Biden de hacer regresar a Kerry en un nuevo cargo que señalaría el compromiso del nuevo gobierno con la lucha contra el cambio climático. Kerry, de 76 años, es un antiguo colega y amigo de Biden desde los tiempos del Senado que hizo campaña a favor de él durante algunos de los días más oscuros de su candidatura y, según los demócratas, conserva su voraz apetito por los asuntos internacionales. Desde que se desempeñó como segundo secretario de Estado de Obama, de 2013 a 2017, Kerry aumentó su prolongado interés en el clima al convertirlo en un tema clave y actualmente dirige una organización dedicada al asunto. El suyo será un puesto a tiempo completo.
“No tenemos tiempo que perder en lo que se refiere a nuestra seguridad nacional y política exterior”, dijo Biden en una declaración proporcionada por su oficina de transición. “Necesito un equipo preparado desde el primer día que me ayude a reclamar el asiento de Estados Unidos a la cabeza de la mesa, a reunir al mundo para hacer frente a los mayores desafíos que enfrentamos y a promover nuestra seguridad, prosperidad y valores. Este es el punto crucial de ese equipo”.
“Estos individuos son tan experimentados y probados en la crisis como innovadores e imaginativos”, agregó. “Sus logros en la diplomacia son inigualables, pero también reflejan la idea de que no podemos enfrentar los profundos desafíos de este nuevo momento con el viejo pensamiento y los hábitos inalterados, o sin la diversidad de antecedentes y perspectivas. Por eso los he seleccionado”.
En Blinken, de 58 años, Biden eligió a un confidente de más de 20 años que fue su principal asesor en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado antes de incorporarse a su personal en la vicepresidencia, donde se desempeñó como asesor de seguridad nacional de Biden, luego como principal asesor de seguridad nacional adjunto de Obama, y después como subsecretario de Estado de 2015 a 2017.
Se considera que Blinken es un centrista pragmático en política exterior que, como Biden, ha apoyado las intervenciones estadounidenses en el pasado y cree que Estados Unidos debe desempeñar un papel central de liderazgo en el mundo. Es probable que Biden haya calculado que Blinken, de voz suave y bien visto por muchos republicanos, enfrentará una lucha por la confirmación en el Senado menos difícil que otra de las principales contendientes al cargo, la exasesora de seguridad nacional Susan E. Rice.
Antony J. Blinken comenzó su carrera en el Departamento de Estado durante el gobierno de Bill Clinton. Pasó gran parte de su juventud en París y asistió a la escuela secundaria allí, y se graduó de la Universidad de Harvard y de la Escuela de Derecho de Columbia.
Jake Sullivan ocupará el principal puesto de seguridad nacional de la Casa Blanca y, a los 44 años, cuando asuma el cargo, será la persona más joven en ocupar ese puesto tras McGeorge Bundy, que lo ocupó a los 41 años bajo el mandato del presidente John F. Kennedy.
Considerado durante mucho tiempo como uno de los más brillantes talentos futuros de su partido, Sullivan sucedió a Blinken como el principal asesor de seguridad nacional de Biden y luego ascendió para convertirse en asesor sénior de la secretaria de Estado Hillary Clinton, que lo ha llamado un “talento que se encuentra una vez en cada generación”. En el camino, Sullivan encontró admiradores incluso entre los republicanos conservadores en el Congreso, al tiempo que desempeñó un papel fundamental en las negociaciones que condujeron al acuerdo nuclear con Irán en 2015.
Nacido en Minnesota y graduado de la Escuela de Derecho de Yale, en los últimos meses Sullivan ha ayudado a encabezar un proyecto en el Fondo Carnegie para la Paz Internacional que reformula la política exterior de Estados Unidos en torno a las necesidades de la clase media estadounidense.
Zolan Kanno-Youngs colaboró con la reportería.
Michael Crowley es corresponsal en la Casa Blanca y cubre la política exterior del presidente Trump. Se unió al Times en 2019 desde Politico, donde fue editor de la Casa Blanca y de seguridad nacional, y corresponsal de asuntos exteriores.