A pesar de la recesión actual, Standard and Poor’s indica que la economía sigue diversificada y resiliente.
La calificadora de riesgo Standard and Poor’s (S&P), mantuvo el grado de inversión del país y el atractivo para los inversionistas en medio de un escenario mundial difícil causado por la pandemia Covid-19, que afecta la economía y las finanzas públicas. No obstante, revisó a la baja la calificación soberana de Panamá de BBB+ a BBB.
S&P sustenta la decisión de bajar la calificación, en el aumento del pago total de los intereses de la deuda como proporción de los ingresos corrientes del Gobierno General.
Un comunicado emitido referente al tema, resalta que debido a la pandemia, los ingresos corrientes del Gobierno General han disminuido en forma importante, aumentando este indicador. No obstante, Panamá ha incursionado en los mercados de capitales internacionales y ha captado recursos a tasas de intereses muy favorables en comparación con otros países.
S&P, destaca que Panamá ha mejorado su perfil de deuda pública, reduciendo el riesgo de refinanciamiento en conjunto con la disminución del costo promedio de la deuda a 4.1% al cierre de septiembre de 2020, en comparación con 4.6% al cierre del 2019.
A pesar de la recesión actual, Standard and Poor’s indica que la economía sigue diversificada y resiliente. La calificación está respaldada por la carga de deuda moderada del país y la gestión cautelosa de la deuda.
“En la medida que se siga dando la apertura económica, S&P espera que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país se recupere en 2021 y crezca a una tasa de 7%, y se mantenga en un crecimiento promedio de 5% en los años siguientes, impulsado por grandes proyectos de infraestructura como la línea 3 del Metro y las exportaciones de cobre”, destacó el comunicado.
Aunado a esto, la perspectiva estable refleja la opinión de la calificadora de que una sólida recuperación económica en los próximos dos años ayudará a estabilizar las finanzas públicas de Panamá. A la vez, espera que el gobierno adopte medidas para sostener el crecimiento del PIB a largo plazo y abordar los riesgos fiscales derivados del sistema de seguridad social y una base impositiva reducida.