“Todos tenemos la responsabilidad y la co-responsabilidad de combatir la corrupción; es algo ante lo cual no es moralmente aceptable ser indiferentes”, sentenció REDLAD.
El “Observatorio Ciudadano de la Corrupción”, ha nacido producto de la realidad de que la corruptela afecta a los más vulnerables, a la gobernabilidad y confianza de la ciudadanía en las instituciones, por lo tanto, tiene un impacto que agrava más la pobreza y la desigualdad social.
Frente a esas amenazas y conscientes de la necesidad de evaluar el desempeño de los Estados en combatirla, a través de políticas públicas pertinentes, efectivas y sostenibles, los Capítulos Regionales de Transparencia Internacional, con el esfuerzo compartido del Foro Ciudadano de las Américas y La Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD), junto a otras organizaciones de la sociedad civil de más de 15 países del continente americano, impulsaron medidas más efectivas en esta materia a lo largo del continente.
Un documento emitido por REDLAD, destaca que “desde el 2015 se ha trabajado en la construcción de este espacio plural y diverso de la sociedad civil que hoy ha hecho posible el surgimiento de este mecanismo que, como instancia, busca fortalecer las capacidades de la sociedad civil y de actores clave de los países de América Latina y el Caribe, en la incidencia ante los Estados y gobiernos para lograr mejores resultados en la lucha anticorrupción y en el cumplimiento del Compromiso de Lima”.
“Para los impulsores de esta iniciativa regional -consideró la información- que cuenta con el apoyo de la Oficina de Asuntos Hemisféricos Occidentales, del Departamento de Estado de los Estados Unidos, “es imprescindible que durante los próximos meses y años de trabajo, se profundice la conciencia social de lo que significa la corrupción en la vida diaria de los ciudadanos, más allá de los meros datos, cifras e índices; de su real y devastador impacto en la fibra moral de las sociedades”.
Para Enrique de Obarrio, coordinador general de la REDLAD, “este Observatorio nace en una coyuntura muy compleja de nuestro continente, y, por supuesto, del mundo. Hay tensiones políticas y sociales en cada rincón de nuestros países y amenazas constantes a las democracias. Hay una emergencia de liderazgos tóxicos que pretenden tomarse el poder para sus propios intereses y con prácticas corruptas”.
“No obstante, iniciativas como estas, y organizaciones como ustedes y las nuestras, son fundamentales para denunciar y poner luz donde haya opacidad, y para apuntalar la democracia plena como una forma de vida. La gente necesita saber y entender por qué, cómo, una coima que se paga a un funcionario, repercute directamente en la garantía de la educación de sus hijos e hijas; por qué el dinero que se roban de la obra pública del barrio, significa un detrimento en el bienestar de sus familias; por qué ese dinero que malversan algunos dirigentes no permite que todas las personas tengan un acceso digno a un sistema de salud de calidad”, expresó de Obarrio.
En esta misma línea, el mensaje de REDLAD realzó que “todos tenemos la responsabilidad y la co-responsabilidad de combatir la corrupción; es algo ante lo cual no es moralmente aceptable ser indiferentes. Por ello, es importante que dicha tarea no solo se remita a la denuncia, sino también a la construcción de ciudadanías críticas y empoderadas de sus derechos, conscientes de que el Estado y las personas que lo constituyen están al servicio de la ciudadanía y, como tal, deben rendirle cuentas”.