Un oficial de policía blanco que mató a tiros a un hombre negro en Columbus, Ohio, la semana pasada fue despedido el lunes, dijeron funcionarios de la ciudad.
La muerte de Andre Maurice Hill provocó indignación en un país que desde la primavera boreal ha sido asolado por protestas contra la brutalidad policial y el racismo sistémico.
El afroestadounidense de 47 años se encontraba en el garaje de una casa cuando un oficial de policía que había sido llamado para que acudiera al lugar por un incidente menor le disparó varias veces.
El oficial, Adam Coy, fue suspendido inicialmente después del tiroteo.
“La evidencia proporcionó un fundamento sólido para el despido”, dijo el jefe de policía de Columbus, Thomas Quinlan. “El señor Coy ahora tendrá que responder ante los investigadores estatales por la muerte de Andre Hill”.
Hill, que estaba desarmado en el momento del tiroteo, fue el segundo afroestadounidense asesinado por la policía en menos de tres semanas en Columbus.
Su muerte “es otro ejemplo trágico de la tendencia de la policía a ver a los negros como criminales o peligrosos, y señala la necesidad de una reforma policial nacional integral”, dijo Ben Crump, un abogado que ha representado a las familias de varias de las víctimas de asesinatos policiales.
Entre esas víctimas figura George Floyd, cuya muerte en mayo desencadenó la mayor ola de protestas antirracistas en Estados Unidos en décadas.