Los efectos psicológicos provocados por la pandemia de la Covid-19, que cada día se han intensificado, ha motivado a los líderes mundiales, a enfatizar en la necesidad de atender el aspecto de la salud mental en sus poblaciones.
Las medidas de confinamiento y distanciamiento físico, incitadas por la pandemia de la covid-19, han provocado o incidido en la presencia, con más frecuencia, de los trastornos de ansiedad, depresión y reacción de duelo en la población.
Algunas de las primeras manifestaciones que se pueden observar en los individuos, pueden estar asociadas a los problemas para dormir, pero también se presentan alteraciones en los patrones de alimentación y en la forma de comunicarse con las personas de su entorno.
Las observaciones anteriores fueron vertidas por el médico-psiquiatra de niños y adolescentes, Luis Trejos, quien dijo que tanto los padres como sus hijos están ante un gran reto, porque ahora los progenitores llevan el trabajo para la casa y la escuela de sus hijos para poder ganarse la vida.
Se habla mucho de las secuelas que está dejando la covid-19 en la población, pero advirtió que no se puede generalizar en que todo va a quedar como un proceso irreversible, porque, a su juicio, en este proceso de estrés y confinamiento en casa, a las personas susceptibles a desarrollar trastornos emocionales, les han aparecido en este momento y en otros, o sea, que ya los tenían, y ahora se les han intensificado.
Lo importante en este aspecto, subrayado por el especialista, es que los afectados busquen la ayuda oportuna para determinar si requieren un tratamiento psicológico o que un médico determine su pronóstico.
“No podemos hablar que las personas pueden quedar con consecuencias, porque hay que individualizar los síntomas tanto los emocionales, como los de ansiedad y depresión, que pueden presentar los miembros de una familia o la población”, argumentó el doctor Trejos.
Explicó que una medida para minimizar estas amenazas, es cumplir con las medidas sanitarias. Y aclaró, que la ansiedad, la depresión o la tristeza, “no tienen por qué convertirse en una enfermedad, si se manifiestan en una intensidad leve”.
“No obstante, sí han aumentado los niveles de ansiedad y algunos individuos llegan a padecer de pánico y hay alteración en la forma de relacionarse y de mirar la perspectiva de la vida, de manera que se sienten amenazados o la situación los abruma, es importante buscar la ayuda en los equipos de salud mental en centros de salud y policlínicas de la Caja de Seguro Social.
Recomienda a la población no descuidar la alimentación ni la parte física, porque, mencionó, que cuando se maneja ansiedad, es importante mantener una dieta balanceada y no aumentar la cantidad de carbohidratos ni grasa.
En el tema del esparcimiento, recomendó ser creativos para convertir esos espacios en nuestras casas, aun a 20 o 30 metros de un apartamento, en áreas multifuncionales.
Señaló que no todo puede ser trabajo o los estudios, también es importante que la familia y el grupo familiar dé apoyo más cercano, tenga momentos para expresar lo que piensan y sienten, cómo dedicar tiempo para divertirse, y citó los juegos de mesa.
Otra recomendación del doctor Trejos: además de buscar ayuda médica y/o psicológica, es importante desconectarse de las noticias, porque están llenando el cerebro de tanta información, que lo que hace es que los niveles de ansiedad, tristeza y desesperanza se vean mayormente marcados, requiriendo un tratamiento más profundo.
La población debe tener claro que: “sin salud mental no hay salud física. Hay que procurar la salud física, la salud emocional, la salud social y la salud espiritual que tiene que ver con proyecto de vida”.
En su oportunidad, el doctor, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, advirtió: “Una buena salud mental es absolutamente fundamental para la salud y el bienestar en general. La COVID-19 ha venido a interrumpir la atención prestada por los servicios de salud mental esenciales de todo el mundo, justo cuando más se los necesitaba. Los dirigentes mundiales deben actuar con rapidez y determinación para invertir más en programas de salud mental que salven vidas, mientras dure la pandemia y con posterioridad a ella”.