La gobernabilidad requiere de ánimo sereno no solo en quienes ejercen gobierno y oposición, sino también en la población. Un estado generalizado de histeria termina siendo un tiro en el pie, auto-inflingido.
En muchos países se ha creado una “épica”, y los medios independientes lo han denunciado, de la narrativa de la llegada de las vacunas. Luego que se apagan los fuegos artificiales, entra la realidad. Creo que no ha sido bueno el bullying al Gobierno de turno, y la comparación con Costa Rica para ver quién tiene primero unas dosis mínimas de vacunas.
El hecho de fondo y relevante, no es cuándo comienza la vacunación, sino CUANDO TERMINA. Las liebres imprevisibles pueden correr más rápido al principio que las tortugas persistentes, pero la verdadera historia aquí es cuándo se tiene a una gran parte de la población inmunizada. Ese es el logro para Panamá, donde todos tenemos que contribuir y apoyar solidariamente.
Hay países que hicieron el gesto simbólico de tener unas pocas dosis (Costa Rica, Argentina), pero quizás les lleve hasta el último trimestre del año tener a toda la población inmunizada, y regresar a algún grado de normalidad. La verdadera épica no es la llegada de las vacunas; es el éxito del esfuerzo colectivo de lograr ejecutar la logística compleja de un gran operativo nacional exitoso de vacunación a la población.
Allí es donde nuestro Panamá se juega el partido, no en atolondrarse para tener el primer embarque de vacunas, sino en lograr, cómo se conseguirá a mediano plazo, tener suficientes vacunas para toda la población que lo requiera, y haber podido trabajar planificadamente la compleja operación de logística, cadena de frío, distribución a Centros de Vacunación, calendarización y programación diaria, semanal, mensual y trimestral de vacunación, para un adecuado “demand planning”, o planificación de demanda, que permita que la operación de vacunación sea lo más fluida posible.
No es con “bullying” a los que tienen que tomar decisiones, que ayudamos a resolver, peor aún, estamos viendo que en muchos lados en América Latina, los gobiernos han abandonado la gestión gubernamental planificada, para entregarse a gobernar “al grito de la tribuna”.
La gobernabilidad requiere de ánimo sereno no sólo en quienes ejercen gobierno y oposición, sino también en la población. Un estado generalizado de histeria termina siendo un tiro en el pie, auto-inflingido. Apoyemos solidariamente a nuestros compatriotas que, en base a criterios científicos, deban ir pasando por fases, en el ciclo de vacunación y otras formas de inmunización.
Y en el entretiempo, ayudemos a mantener en los niveles más bajos posible, las curvas y la velocidad de propagación del virus. La responsabilidad del éxito colectivo, es la suma de actitudes individuales. “Que cada persona limpie el frente de su casa, y el mundo será limpio”. Con amor y dolor de patria.