Aunque no se tienen cifras oficiales, los problemas relacionados con la salud mental, se presume, han aumentado durante la pandemia del covid-19, incluso, el denominado “ desgaste profesional”.
La aprobación de la Ley 314 de 2020, que se mantiene en discusión en la Asamblea Nacional, y que establece políticas públicas en salud mental, representa “cumplir una deuda histórica” que se tiene con el país en esta materia, señaló la directora del Instituto de Salud Mental (INSAM), Juana Herrera.
La especialista en salud mental estimó como positivo que se hagan todas las revisiones antes que el Proyecto de Ley 314 del 2020, se convierta en ley de la república.
Indicó que desde 1990, Panamá había sido uno de los países de Latinoamérica que más avance en esta materia había tenido, cuando se estableció la Declaración de Caracas, que luchó por la reintegración de los pacientes que estaban en los manicomios a sus hogares, los derechos de las personas con trastornos mentales y el tema de proteger la identidad desde el consentimiento informado.
Tanto así, agregó la directora del Insam, que “Panamá fue sede, en el 2010, de una reunión regional de salud mental, en la que estuvo representada toda la región, inclusive, vinieron personas de Ginebra, lo que representó un espaldarazo a los avances que había hecho el país al respecto”.
Herrera agregó que, en los últimos dos años, 2019 y 2021, Panamá ha tenido avances significativos, con la Ley Sume 911, que ya establece algunos parámetros de apoyo a aquellas personas, cuya vida corre peligro como las de otras personas. Aunque dijo, que con la pandemia del Covid-19 todo se ha alterado.
En noviembre de 2020 se sancionó lo que establece el abordaje jurídico de las conductas de riesgo suicida, “es un avance significativo para el país porque contempla una serie de pautas que deben desarrollarse para proteger la vida de aquellas personas que van a estar en riesgo, tanto ellas como sus familiares”.
“Dos leyes importantes que en año y medio se han impulsado sobre todo en el tema de conducta suicida porque impacta mucho a la sociedad”, agregó la doctora Herrera, y la tercera norma, manifestó, “es la revisión de la Ley 314 de políticas de salud mental”.
Al definir los trastornos mentales, detalló que se trata de condiciones de salud donde se ven afectadas las condiciones básicas cognitivas superiores, llámese la parte emocional, el conocimiento, la memoria y la función de relacionarnos. “Son un conjunto de signos y síntomas que alteran esta parte y generan conductas que pueden ser transitorias o permanentes”, agregó.
Es importante saber que los trastornos de ansiedad, y el estrés han aumentado, incluso, acotó, que no se ha atendido en su justa dimensión, lo que denominó el “desgaste profesional”, que la gente supone se trata de “cansancio” y que con dormir o salir se repone.
Ese desgaste profesional no solamente afecta al personal sanitario, sino se presenta en muchos otros sectores, como la Fuerza Pública, la Fuerza de Tarea Conjunta, el personal de servicio, y agregó, que inclusive en los periodistas, “que en ocasiones tienen que corretear para conseguir una información, y otros lidiar con noticias negativas, lo que ocasiona un desgaste, a lo que se agrega el miedo por la pandemia”.
Hay algunas condiciones de salud o alteraciones que se asocian al tema del sexo y a la edad. En lo relacionado con las conductas de riesgo suicidas, aseguró que la conducta de intento es más frecuente en mujeres, pero que los hombres que lo intentan muchas veces, lo logran consumar más que las mujeres. De ahí que enfatizó, dos conceptos: “las mujeres lo intentan más, pero los hombres lo logran más”.
Señaló que el concepto machista de la sociedad hace que ellos se callen más y no puedan exteriorizar ese tipo de emociones, porque tienen el temor de verse como personas débiles.
En estos casos, la enfermedad o el trastorno va avanzando y cuando se hace el acto, no es porque en el fondo realmente quiera hacerlo, sino porque ya no ve más salida que esa.
Dijo que es un tema de expresión de emociones, por eso hay que romper con ese estigma y con ese rechazo que hay hacia el tema de los trastornos mentales del tipo que sea.
Agregó que a cualquier edad se puede tener alguna alteración, que en el caso de los niños se les llama “trastornos del neuro desarrollo”, ya que debe estar bien instalado con los criterios de la Organización Mundial de la Salud, pero que como el niño va en desarrollo siempre tiene conductas que hay que ir viendo, para saber si responden al medio o si tienen cambios en sus neurotransmisores.
Citó que en el caso de las mujeres, tienden a tener más trastornos de depresión, y que la ansiedad, va casi más co-relacionada a hombre-mujer, pero se inclina mucho más a los hombres, al igual que los tipos de psicosis, tipo esquizofrenia.
Mencionó que en el Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República, están haciendo un comparativo entre el 2019 y 2020, que, posiblemente, la próxima semana ya tengan algunos adelantos en cuanto a ciertas situaciones más importantes y el resto para después.
En una recomendación a la población, la doctora Herrera subrayó que esta no será la primera ni la última pandemia que va a vivir la humanidad, por lo que invitó al panameño, a la panameña y a todos los que viven en este país, a tener mente positiva, porque siempre habrá un rayo de luz que nos saque de esto, y los panameños lo vamos a lograr.
El proyecto de ley que establece políticas públicas en salud mental, busca el respeto y la dignidad de la atención en esta rama de la Medicina, con la finalidad de que los pacientes que padecen trastornos o enfermedades mentales o quienes atraviesan momentos difíciles que afecten su salud mental, sean atendidos en espacios saludables y de forma adecuada.
Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud cada año, en el mundo, mueren, aproximadamente, 800 mil personas por suicidio.