En Iraq, Goodman era sargento y líder de una escuadra de rifleros de diez hombres que asumió nuevas responsabilidades poco después de que su unidad arribara en 2005.
Entre las angustiantes imágenes presentadas durante el juicio político del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, un video destacó: un policía que corría apresuradamente hacia un senador para advertirle sobre la turba enfurecida que estaba cerca.
Se ve cuando el senador, Mitt Romney, cambia de dirección y se apresura para protegerse.
“No creo que mi familia o mi esposa hayan entendido que estuve tan cerca como podría haber estado del peligro real”, le dijo Romney a reporteros el jueves, un día después de que el video muestra a Eugene Goodman, un policía del Capitolio conocido por su valentía, ayudando a Romney. “Estaban sorprendidos y muy muy agradecidos con el oficial Goodman, por haber estado ahí y dirigirme de regreso a lo seguro”.
Para Goodman, fue la segunda vez que un video se ha hecho viral por mostrar acciones ampliamente reconocidas por salvar a miembros del Congreso. El primero, que lo muestra a él alejando sin ayuda a una turba del ingreso al Senado hacia un área con refuerzos, lo convirtió en un héroe. El segundo ha acrecentado su leyenda.
Ambas han catapultado a Goodman, un infante retirado del ejército que hizo su servicio en una de las partes más peligrosas de Iraq durante uno de los momentos más letales de la guerra, a una fama que nunca buscó.
El miércoles, después de ver los videos que muestran a Goodman cuando encamina a Romney hacia un área segura, se vio a Romney dialogando con Goodman. El senador Rob Portman, republicano de Ohio, posteriormente pasa por ahí y saluda con un choque de puño a Goodman.
El jueves, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, señaló la valentía de Goodman cuando ella presentó una legislación para otorgar la Medalla de Oro, el más alto honor del Congreso, a la policía del Capitolio y a otro personal de las fuerzas de seguridad que respondieron al asalto del 6 de enero. El 20 de enero, Goodman fue asignado a la tarea de escoltar a la vicepresidenta Kamala Harris en la toma de posesión del presidente Joe Biden.
Los veteranos que sirvieron junto a Goodman en la División Aerotransportada 101 hace alrededor de quince años en Iraq dicen que el oficial, conocido en ese entonces como Goody, nunca deseó obtener reconocimientos.
“Lo vi salir antes que la vicepresidenta y de inmediato se agachó a la derecha”, dijo Mark Belda, quien sirvió con Goodman en Iraq. “Pensé: ‘Ese es definitivamente Goody’”.
Cuando vio de manera atenta el primer video, dijo Belda, observó atributos que reconoció en el Goodman de Iraq. “No era propenso a la ira. Como personal de infantería, tu labor es ser violento, pero nunca era su primera reacción usar el castigo antes de usar los incentivos”.
En Iraq, Goodman era sargento y líder de una escuadra de rifleros de diez hombres que asumió nuevas responsabilidades poco después de que su unidad arribara en 2005.
Su “Hardrock Company” operó en el área del triángulo sunita cerca de Bagdad en el centro de Iraq, donde las tropas estadounidenses se enfrascaron en algunos de los más fieros combates de la guerra.
A los pelotones se les requería que efectuaran múltiples patrullajes de combate cada día para identificar explosivos antes de que detonaran, una labor que a menudo resultaba en varias lesiones, según el teniente coronel Jeff Farmer, quien sirvió junto a Goodman en la compañía.
“El líder de escuadrón al frente era crucial, alguien dispuesto a asumir este riesgo y liderar su escuadra día tras día”, dijo Farmer.
Ese líder era Goodman.
“No puedo recordar con precisión cuántas patrullas desmontadas lideró Goody a la cabeza de la compañía, pero puedo decir que es probable que hayan sido cientos, lo que lo convirtió en el hombre al que se podía recurrir cuando otros necesitaban la reafirmación de que las cosas iban a estar bien”, dijo Farmer.
Goodman era un profesional silencioso, dijeron sus superiores, serio y enfocado en sus misiones, pero también rápido con las bromas para disminuir la tensión en las filas, mencionaron. Los otros soldados que fueron sus compañeros podían contar con él para que hiciera “lo que era necesario hacer”, indicó John Greis, quien sirvió como sargento de su pelotón en Iraq. “Eso es mantener la cabeza fría bajo presión”.
Farmer dijo que no se sorprendió cuando vio el video de Goodman enfrentando a la turba enfurecida en el Capitolio.
“Tranquilo, sereno y compuesto bajo fuego, así es Goody”, dijo Farmer. “Yo le confié mi vida y todavía lo haría hasta la fecha”.
Goodman está ahora en territorio incómodo, según sus compañeros veteranos. No ha expresado comentarios públicos y no respondió a múltiples solicitudes de entrevista, incluyendo una nota escrita a mano en su apartamento cerca de District Heights, en Maryland.
Un vecino dijo que Goodman no había regresado a su apartamento en los días posteriores al ataque al Capitolio y había aconsejado a aquellos en su edificio de apartamentos a no hablar con los medios informativos.
“No quiere ser el centro de atención. Solo quiere hacerse a un lado y todos ustedes pueden hacer lo que quieran hacer”, dijo Belda, quien fue el sargento de Goodman. “Déjame hacer mi trabajo y ustedes, muchachos, hagan lo que quieran hacer, solo déjenme en paz”.
Charles H. Ramsey, quien dirigió departamentos de policía en Washington y Filadelfia, dijo que las acciones de Goodman y de otros que respondieron a la violencia el 6 de enero fueron incluso más impresionantes debido a que “los pusieron en una situación terrible” por altos funcionarios que fallaron en reaccionar ante la inteligencia que indicaba que grupos violentos intentaban reunirse en Washington.
“Aun así, respondieron de una manera heroica. Hicieron lo mejor en una pésima situación. Sin ellos, esto hubiera sido una tragedia más allá de lo imaginable”, dijo Ramsey. “Si Mitt Romney hubiera continuado por ese corredor y se hubiera topado con los insurrectos, o aquellos insurgentes, no me queda duda de que posiblemente hubiera sido capturado”.