La música utilizada como arma contra la junta militar en Birmania

La música utilizada como arma contra la junta militar en Birmania
Los manifestantes interpretan música clásica durante una manifestación contra el golpe militar en Yangon el 16 de febrero de 2021. Foto: AFP

Ese país tiene una larga historia de cantos de manifestantes, que a menudo expresan el arte popular satírico llamado “thangyat” en birmano. Generalmente humorísticos, estos espectáculos ponen en evidencia comentarios políticos y se alzan contra las injusticias.

Una orquesta que toca un canto revolucionario, himnos que llaman a la revuelta y bailarines al ritmo de los éxitos de Michael Jackson. En Birmania, los jóvenes que protestan contra el golpe de Estado utilizan la música como un arma contra la junta militar.

Desde que el ejército expulsó a la dirigente civil Aung San Suu Kyi el 1 de febrero, la revuelta flota en el aire, desde las grandes ciudades hasta las aldeas más aisladas.

En todo el país, la población canta un coro cotidiano de disidencia al son de tambores y ollas, mientras que jóvenes compositores, coreógrafos y músicos expresan con creatividad su rabia y su resistencia frente a los generales.

Esta semana, una gran orquesta de jóvenes rebeldes llamada “Generación Z MM”, compuesta por violines, violonchelos, trombones, percusiones y un arpa birmana arqueada, lanzó en el centro de Rangún una nueva canción de protesta titulada “Revolución”.

“La canción que tocamos significa ‘Con la carne y la sangre de nuestros jóvenes, vamos a intentar poner fin a la dictadura militar'”, explica a la AFP la cantante, Pan.

Para esta joven, de 25 años, actuar con la orquesta tiene un efecto catártico en un momento de estrés y angustia por el futuro de su país.

“La música puede penetrar el corazón de cada uno en cualquier momento. Creo que todos los que nos han escuchado se ven inspirados”, comenta.

– Desafiar a la junta –
Birmania tiene una larga historia de cantos de manifestantes, que a menudo expresan el arte popular satírico llamado “thangyat” en birmano. Generalmente humorísticos, estos espectáculos ponen en evidencia comentarios políticos y se alzan contra las injusticias, pequeñas y grandes.

La mayoría de estos cantos de revuelta fueron prohibidos tras el levantamiento de 1988, que el ejército reprimió con sangre causando miles de muertos entre los manifestantes.

La canción “Kabar Ma Kyay Bu” (“No olvidaremos hasta el fin del mundo”), que seguía siendo emblemática de estas manifestaciones en favor de la democracia, ha vuelto recientemente con fuerza.

Adaptada a la melodía de “Dust in the Wind” (Polvo en el viento, 1977) del grupo estadounidense Kansas, la versión birmana, que llama a la revolución, es cantada de nuevo por los manifestantes como un desafío frente a la junta.

En el distrito comercial de la capital económica Rangún, los manifestantes bailan. Después de algunos pasos coreografiados, un grupo de jóvenes encadena figuras de hip hop.

“La gente nos pregunta: +¿Bailas de alegría?+. No, no somos felices. Simplemente evacuamos las emociones que se agitan dentro de nosotros y dejamos que esas obsesiones tomen el control mientras bailamos”, explica un bailarín.

En Youtube, el video de una multitud relámpago en las calles de Rangún acompañado de la canción “They Don’t Care About Us” (Ellos no se preocupan por nosotros) de Michael Jackson fue visto casi 40.000 veces en cinco días.

En otro clip, un grupo de punk llamado “Rebel Riot” muestra sus crestas y tatuajes en una actuación musical intercalada con imágenes de manifestaciones masivas mientras cantan: “¿Están listos? Luchen por sus derechos, luchen por su vida”.

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