Colón: productividad, desempleo y corrupción

Colón: productividad, desempleo y corrupción
Rolando Alvarez Viera, empresario panameño y presidente del Consejo de Expresidentes de Gremios de Panamá (CONEXPA). Foto/EnSegundos.

Hay un correcto enunciado que dicta, mi libertad termina donde comienza la tuya, esto quiere decir que se debería aplicar el sistema de respeto mutuo entre el pueblo colonense y las autoridades o gobiernos.

Esta crisis sanitaria nos ha abierto los ojos frente a una realidad que muchos no veíamos y que siempre ha convivido con nosotros: LA POBREZA.

Las recientes manifestaciones que han llevado a un grupo de colonenses al cierre de calles en esa importante provincia de nuestro país, nos llevan a pensar del por qué se están dando este tipo de eventos, donde a primera vista solo percibimos todo el daño que hace un grupo minúsculo de personas a la economía del país, afectando el trabajo de puertos, transportistas, navieras, exportadores e importadores, además de muchos otros, quienes dependen del buen flujo de vehículos y carga, a través de las principales vías de Colón.

Siempre sale la duda, y nos preguntamos quiénes son los dirigentes de estas manifestaciones, y qué exigen realmente, estarán luchando por el bienestar del pueblo, por el olvido de varios gobiernos de la gente de una provincia tan importante no solo para Panamá, sino para toda la región Latinoamericana, o solo estarán actuando por beneficios individuales, guiados por algún grupo económico o político en particular.  Estas son preguntas que debemos resolver para, de una vez por todas, atender de manera directa esta situación sumamente necesaria en este momento de crisis.

Hay un correcto enunciado que dicta, mi libertad termina donde comienza la tuya, esto quiere decir que se debería aplicar el sistema de respeto mutuo entre el pueblo colonense y las autoridades o gobiernos, y evaluar la raíz de la situación, donde a todas luces debemos ponernos de acuerdo.

Ver tanta riqueza y tanta pobreza en un área tan reducida del país, demuestra el por qué somos considerados uno de los países más desiguales del mundo.  Si a esto le sumamos la cultura del juega vivo y la corrupción del sistema que incluye al Gobierno y al sector privado, sin duda alguna se está creando la tormenta social perfecta para que este tipo de manifestaciones sigan proliferando.

Otras preguntas que vienen a la mente mientras nos sentamos a encontrar juntos soluciones serían, ¿cuánto cuesta al país cerrar el paso del Cuatro Altos de Colón?, ¿qué pensarán los inversionistas nacionales e internacionales de estas acciones de cierre?, ¿cuánto costará a una línea naviera cambiar la ruta de su barco a otro puerto por no poder cargar sus contenedores en tránsito por Panamá?, ¿cuánto pierde el sector transporte en cada cierre?, ¿por qué Colón centro tiene una imagen tan deplorable?, ¿por qué aceptamos todos que se maltrate al colonense, olvidándonos de la educación y la salud de su gente?.

Creo que hay muchas preguntas más por resolver, donde desde las autoridades locales y el propio gobierno central tienen la oportunidad de hacer las cosas bien, y responder cada una de estas preguntas, claro está con el justo y correcto apoyo del sector privado.  Este es un trabajo de todos, que no se va a resolver cerrando calles, ni infiltrando gente con doble intención en manifestaciones, enfoquemos en unir fuerzas gobierno, gremios, empresa privada, clubes cívicos, iglesias, y pueblo en general, para capacitar aún más técnica y profesionalmente el recurso humano colonense, educar en valores y espiritualidad a la niñez y juventud de Colón, y así demostrar que podemos salir juntos de esta grave situación que afecta no solo a una provincia, sino a todo un país.

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