Advertencia: Comercio ilegal de medicamentos amenaza la salud pública y las economías nacionales

Advertencia: Comercio ilegal de medicamentos amenaza la salud pública y las economías nacionales
Victoria Brenes, directora ejecutiva de la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos.

“Conocemos que la situación de pandemia, aunado a la circulación de fake news, ha incentivado el comercio ilegal de sustancias vendidas como medicamentos para evitar el contagio o disminuir los síntomas de la COVID-19”.

Panamá no escapa al comercio ilegal de medicamentos, el cual, a decir de la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma), “es, actualmente un problema latente que amenaza la salud pública y las economías de las naciones”.

A través de una comunicación de prensa, Fedefarma hizo “un llamado a la población a mantenerse alerta al comprar medicamentos e informarse acerca de su efectividad y autenticidad”.

“Conocemos que la situación de pandemia, aunado a la circulación de fake news, ha incentivado el comercio ilegal de sustancias vendidas como medicamentos para evitar el contagio o disminuir los síntomas de la COVID-19, cuya efectividad no tiene ningún sustento científico.  Esta es una situación preocupante que pone en riesgo la salud pública”, resaltó Victoria Brenes, directora ejecutiva de Fedefarma.

La organización centraomericana y del Caribe “considera de suma importancia tomar acciones para prevenir, detectar y responder a la expansión creciente de medicinas falsificadas e ilícitas”.

“El comercio ilícito de fármacos es una operación que viene dañando al mundo desde años atrás;  la región centroamericana y del caribe sufre cada vez más las consecuencias de este mal afectando muchos sectores: a los ciudadanos en su salud y seguridad, a las empresas por las pérdidas en ventas y daño reputacional, a los países en su recaudación fiscal, y a la sociedad en la pérdida de empleos y en la inseguridad que ocasionan estos grupos delictivos”, resaltó Victoria Brenes, directora ejecutiva de Fedefarma.

La información también destacó que “un estudio de 2016 realizado por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, estimó que las medicinas falsas le cuestan al sector farmacéutico 10,2 mil millones de euros cada año, lo que resulta en la pérdida de 90,000 empleos, así como 1,7 mil millones de euros en ingresos gubernamentales perdidos”.

“Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), muestran que entre 72,000 y 169,000 niños mueren de neumonía cada año después de recibir medicamentos ilícitos, y que la medicación falsa contra la malaria podría ser responsable de 116,000 muertes adicionales”, recalcó Fedefarma.

Advirtió que “el problema afecta a una amplia gama de productos, como vacunas, antibióticos, anticonceptivos, antipalúdicos, antineoplásicos, entre otros”.

Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “las enfermedades endémicas en regiones con altos niveles de falsificación son objetivos de investigación menos atractivos. La falsificación reduce la rentabilidad de los mercados de los países en desarrollo, frena los incentivos para destinar fondos de investigación y desarrollo a enfermedades endémicas de los países pobres y hace que sea muy difícil atraer inversiones extranjeras”.

El comercio ilegal de medicamentos en Panamá

“Solo durante el año 2018, el Ministerio Público panameño informó sobre el decomiso de 129,101 fármacos ilícitos, que no contaban con registro sanitario o eran falsificados. En este grupo estaban medicamentos para la potenciación sexual, antibióticos, psicotrópicos y abortivos entre otros”, precisó la nota de prensa.

Consecuencias del comercio ilegal de fármacos

  • Ponen en peligro la salud, prolongan las enfermedades o pueden ocasionar la muerte;
  • Promueven la resistencia a los antimicrobianos y la transmisión de las infecciones farmacorresistentes;
  • Minan la confianza en los profesionales de la salud y en los sistemas sanitarios;
  • Crean desconfianza acerca de la eficacia de vacunas y medicamentos;
  • Reducen los limitados presupuestos de las familias y los sistemas de salud;
  • Proporcionan ingresos a las redes de delincuencia

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