Dior viste de feminismo el Palacio de Versalles

Dior viste de feminismo el Palacio de Versalles
Una modelo posa con una creación de la diseñadora de moda italiana de Christian Dior, Maria Grazia Chiuri, durante una sesión de prueba en la casa de moda de alta costura de Christian Dior, en París. Foto, Bertrand Guay / AFP.

En el Día Internacional de la Mujer, Dior se apropió del Palacio de Versalles y puso a bailar a las modelos en la Galería de los Espejos sin que estos reflejaran su imagen, celebrando así una nueva libertad femenina. 

En el marco de la Semana de la Moda virtual, la directora artística de Dior, Maria Grazia Chiuri, se alió con la artista italiana Silvia Giambrone y la coreógrafa israelí Sharon Eyal para reinterpretar en su video este célebre espacio, símbolo del patriarcado inaugurado por el monarca Luis XIV.

Bailarinas y modelos dialogan con la instalación artística de resina, cera o acacia que cubre los imponentes espejos del palacio, situado a las afueras de París.

“En los cuentos de hadas, el espejo es importante para la mujer, es a la vez fuente de atracción y de repulsión”, dijo a la AFP Chiuri. “Si queremos construir nuestra propia identidad, no debemos mirarnos en él”, agregó la diseñadora italiana, una de las figuras feministas más influyentes de la moda.

El video de la colección para el próximo otoño-invierno recuerda a la película “La Bella y la bestia”, de Jean Cocteau, con su poesía negra, tan bella como angustiante.

Con el covid-19, “el tiempo se ha suspendido”, explica Chiuri. “Es la época de cuentos, con bosques encantados que no recuperarán sus colores mientras no renazca la vida”. 

La pandemia ha supuesto un duro golpe para las Semanas de la Moda, privando a las firmas del glamur y la visibilidad de la que gozan normalmente con las pasarelas. 

Las marcas de lujo deben conformarse ahora con presentaciones virtuales sin público y dar “muestras de imaginación para suscitar el deseo” y “la esperanza”, según la directora artística.

La colección abunda en cuellos blancos y pecheras con bordados, evocando el mundo de la infancia. Los vestidos de noche, largos y vaporosos, con tules superpuestos, recuerdan el mundo de vida social y ceremonias con alfombra roja que el coronavirus frenó en seco.

La paleta de colores oscila del gris al rojo. Al exterior del palacio, una princesa punk camina con botas y calcetines integrados, otra lleva un vestido de tul bordado con rosas con un efecto rasgado, herido.

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