Cuomo sugirió que es víctima de la “cancel culture”, la guerra cultural en auge en Estados Unidos, que genera polémica sobre las medidas que deben adoptarse para enfrentar la discriminación de minorías raciales, étnicas o sexuales.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, denunciado por acoso sexual y conducta inapropiada por varias mujeres, se negó una vez más a renunciar este viernes, pese a que un creciente número de legisladores demócratas piden su dimisión.
“No renunciaré”, insistió Cuomo en una teleconferencia de prensa, y pidió una vez más esperar el resultado de la investigación de la fiscalía general del estado sobre las denuncias. “No he hecho las cosas de las cuales me acusan, punto”, añadió.
Sin embargo, unas horas después los llamados a su dimisión se multiplicaron. El poderoso jefe de bancada de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, elegido por el estado de Nueva York, estimó que Cuomo “perdió la confianza de sus socios de gobierno y de los neoyorquinos”, por lo que debe renunciar, según un comunicado firmado junto con otra senadora del estado, Kirsten Gillibrand.
Cuomo sugirió que es víctima de la “cancel culture”, la guerra cultural en auge en Estados Unidos, que genera polémica sobre las medidas que deben adoptarse para enfrentar la discriminación de minorías raciales, étnicas o sexuales.
“Las figuras políticas toman partido por toda una serie de razones, incluido por oportunismo político o para ceder ante presiones. Pero la gente sabe hacer la diferencia entre el juego político, la ‘cancel culture’ y la realidad”, declaró Cuomo.
– Procedimiento de destitución –
Desde febrero seis mujeres acusan de acoso sexual o conducta inapropiada al gobernador demócrata de 63 años, en el cargo desde hace una década y considerado un héroe de la lucha contra la pandemia en 2020.
El viernes salieron a luz los testimonios de otras dos mujeres,
Una de ellas es una antigua periodista que cubría la gestión del gobernador entre 2012 y 2014 y que dijo haber sido humillada por Cuomo. La otra, identificada únicamente por su nombre de pila (Kaitlin), manifestó a New York Magazine su malestar por el comportamiento del gobernador.
A diferencia de otros hombres -Donald Trump es una excepción notoria- que desde el inicio del movimiento #MeToo a fines de 2017 debieron renunciar tras ser acusados de acoso o agresión sexual, a veces sin investigación previa, Cuomo se aferra a su cargo.
Pero la presión para que renuncie sigue en alza tras la acusación que se conoció el miércoles y parece ser la más grave: una empleada que permanece en el anonimato dice que Cuomo metió la mano bajo su blusa y la tocó de manera “agresiva” a finales de 2020.
Unos 60 legisladores estatales de Nueva York reclaman ahora su dimisión y el jueves dieron un primer paso hacia un proceso de destitución: el Comité Judicial de la cámara baja recibió luz verde para iniciar una investigación que decidirá si da lugar al procedimiento.
Este viernes, influyentes representantes del Congreso federal se sumaron al pedido de renuncia, entre ellos la joven estrella del ala izquierda demócrata Alexandria Ocasio-Cortez (conocida como AOC) y el muy experimentado Jerry Nadler.
La denuncia “es preocupante para la seguridad y el bienestar inmediato del personal del gobernador”, que “ya no puede liderar eficazmente ante todos estos desafíos”, valoró AOC en un comunicado conjunto con otro colega neoyorquino, Jamaal Bowman.
Ha “perdido la confianza de los neoyorquinos” y “debe dimitir”, dijo por su lado Nadler.
No se sabe cuándo culminarán las investigaciones.
“Nadie quiere más que yo que se realicen de manera exhaustiva y rápida”, aseguró de su lado Cuomo, cuyo mandato vence en 2022.
Si las presiones siguen y el gobernador continúa aferrado a su puesto, solo un proceso de destitución puede apartarlo del poder.
Este procedimiento, inédito desde 1913 en el estado de Nueva York, requiere una mayoría simple en la cámara baja del legislativo estatal, y dos tercios en la cámara alta.