Integrar la Agenda de Transición Energética en los planes de recuperación post-Covid-19, es una inversión que supone beneficios significativos para la economía, con la generación de 15 mil nuevos empleos en los próximos tres años.
El mayor reto para Panamá es tratar de llegar al 2050 siendo un país carbono negativo, dijo Ligia Castro de Doens, en representación del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), durante la presentación del informe sobre La transición energética, como motor de la recuperación económica ante la COVID-19 en Panamá, elaborado por el PNUMA, SNE, MiAmbiente, AECID y Euroclima.
Castro de Doens añadió que, “si bien somos país carbono negativo, tenemos el compromiso por la descarbonización del sector energía por ser justamente el mayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI), en nuestro país”.
El estudio pionero para Panamá, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), señala que integrar la Agenda de Transición Energética en los planes de recuperación post-COVID, es una inversión que supone beneficios significativos para la economía, con la generación de 15 mil nuevos empleos en los próximos tres años.
“La lucha contra el cambio climático es una prioridad de Panamá. Si bien somos un país carbono negativo, reconocemos la amenaza que la crisis climática representa para Panamá”, acotó Castro de Doens durante su participación.
Agregó que “somos un país muy vulnerable a los impactos del cambio climático y es por ello, que nuestro compromiso es la transformación hacia una economía verde- azul que nos permita alcanzar un desarrollo sostenible inclusivo, bajo en emisiones y resiliente al Cambio Climático”.
Durante la presentación del Informe, el secretario nacional de Energía, Jorge Rivera Staff, aseguró “que el informe realizado para Panamá es una herramienta para la toma de decisiones informadas, en el cumplimiento con los objetivos de la Agenda de Transición Energética… que permitirán el cumplimiento de los compromisos que adquirió con la población, el presidente Laurentino Cortizo Cohen”.
Rivera Staff, añadió que “dentro de las estrategias específicas para esta reactivación económica se encuentran acciones vinculadas a la modernización del marco regulatorio, eficiencia energética, la innovación, la movilidad eléctrica, sistemas de generación distribuida renovables”.
Adicionó que esta agenda de cinco propuestas específicas estratégicas nacionales para llevar a cabo estos objetivos, incluye : movilidad eléctrica, eficiencia energética, generación distribuida , innovación del sistema , actualización del marco regulatorio del sector de hidrocarburos.
No obstante, señaló que la prioridad principal se centra en cerrar la brecha de acceso energético de alrededor de 100 mil familias que hoy en día en Panamá no cuentan con energía eléctrica, y que cocinan con combustibles contaminantes la leña y el carbón, fundamentalmente las mujeres de las áreas rurales e indígenas.
Rivera Staff complementó que, “con base en datos concretos y los resultados del Modelo Económico Verde, la transición energética como motor de la recuperación económica ante la COVID-19 en Panamá, ilustra cómo una transición energética centrada en las energías renovables y la electrificación, hará crecer el PIB panameño y el empleo a corto plazo, con incrementos sustanciales en el futuro”.
El Informe entregado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), analizó tres escenarios para la recuperación verde post Covid-19, sin embargo, la Secretaría Nacional de Energía considera realizable el escenario que proyecta la Agenda de Transición Energética, tomando en consideración las condiciones presupuestarias en que se encuentra la economía mundial y la panameña producto de la pandemia que afrontamos.
Al respecto, el empresario panameño, Eduardo de la Guardia expresó que se “necesita que todos los agentes del mercado trabajemos juntos para lograr los objetivos que sustenta el informe”, y calificó el documento como una “buena base para lograr la transición energética… que no tiene vuelta atrás”.
El estudio encuentra que “el incremento en los niveles de ambición climática para la recuperación de la COVID-19 es directamente proporcional a los beneficios que pueden obtenerse económicamente. Por ejemplo, en escenario de la Agenda de Transición Energética, los logros están relacionados a la inversión del 39% destinados al paquete de recuperación económica que ha facilitado el gobierno nacional”.
Por su parte, la viceministra de Economía y Finanzas, Enelda Medrano, aseguró que “ya se está apoyando la Agenda de Transición”, al citar como ejemplo el inicio de los trabajos de la ampliación del Metro, principal fuente de la contaminación ambiental.
Igualmente, señaló avances en materia de energía eólica, la visión de lograr un sólido Hub Energético para el mundo, y recientes decisiones a nivel del Ejecutivo, alineadas con los compromisos climáticos en materia de generación eléctrica.
“Este estudio es oportuno, ya que es clave que los planes de recuperación pos-COVID-19 en América Latina y el Caribe incluyan medidas para promover tecnologías e infraestructura de cero emisiones, que son cruciales para lograr los objetivos del Acuerdo de París, así como de la Agenda 2030, y generar prosperidad a largo plazo”, dijo Leo Heileman, director regional del PNUMA en América Latina y el Caribe.
La encargada de Negocios de la Unión Europea en Panamá, Ana Gordon Vergara, señaló que para alcanzar la meta de reducción de 1,5 ºC del Acuerdo de París y disminuir las enormes brechas, hacen falta datos, modelos y planes robustos que sienten las bases de las trayectorias de cero emisiones.
El informe fue realizado bajo el liderazgo de la Secretaría Nacional de Energía y el Ministerio de Ambiente de Panamá, con el apoyo del PNUMA y la Unión Europea.