La noche de los Óscar es la velada más glamurosa del año en Hollywood y su ceremonia ha dejado muchos momentos memorables en sus más de 90 años de historia: algunos graciosos, muchos de ellos emocionantes y otros confusos.
A continuación, algunos de estos episodios inolvidables de la historia de los premios de la Academia:
– Y el premio es para… ¡ups! –
El momento más impactante de la historia reciente de los Óscar ocurrió, sin duda, en 2017, cuando el principal galardón de la noche -el de mejor película- fue otorgado durante dos minutos al musical “La La Land”, pese a que el verdadero ganador era el drama sobre el tránsito a la madurez “Moonlight”.
El problema fue que los auditores de PricewaterhouseCoopers, la empresa responsable de vigilar y preservar los votos de los Óscar, dieron a sus presentadores Warren Beatty y Faye Dunaway el sobre equivocado.
Los veteranos actores recibieron un duplicado del que contenía el premio a mejor actriz, que acababa de llevarse Emma Stone por “La La Land”, en vez del que tenía a “Moonlight” como vencedor de mejor película.
La vergonzosa confusión, el error más grave de la historia de los premios de la Academia, pasó a conocerse como “Sobregate”.
“Fue un fiasco desgarrador”, escribió después el crítico de Entertainment Weekly Jeff Jenson.
“Sentías vergüenza por Dunaway y Beatty, que sabían claramente que algo estaba mal cuando abrieron el sobre, pero no sabían cómo actuar”, agregó.
– Protesta sorpresa –
En marzo de 1973, el legendario Marlon Brando ganó el premio a mejor actor por su trabajo en “El padrino”, imponiéndose a una brillante lista de competidores formada por Michael Caine, Peter O’Toole, Laurence Olivier y Paul Winfield.
Brando, sin embargo, decidió no asistir a la gala y mandó en su lugar a la actriz y activista Apache Sacheen Littlefeather, que salió a recoger su premio.
Cuando el actor Roger Moore quiso entregarle la estatuilla dorada, la joven alzó la mano en señal de rechazo y él y la copresentadora, Liv Ullmann, dieron un paso atrás cuando esta comenzó a hablar.
Ante un público atónito, Littlefeather contó que Brando “lamentablemente no podía aceptar este generoso premio” en protesta por el trato que la industria del cine daba a los nativos estadounidenses.
Sus palabras levantaron aplausos, vítores y algunos abucheos entre el público.
– ¡Empatadas! –
En la historia de los Óscar ha habido varios empates, aunque uno de los más destacados ocurrió en 1969, cuando Barbra Streisand y Katharine Hepburn ganaron ambas el premio a mejor actriz.
“El ganador es… ¡es un empate!”, exclamó Ingrid Bergman, quien presentó el galardón.
Streisand conquistó así su primer Óscar gracias a su interpretación de Fanny Brice en “Funny Girl”, mientras Hepburn -que con cuatro estatuillas tiene el récord entre todos los actores- triunfó con “El león en invierno”.
Solo Streisand acudió, sin embargo, a la ceremonia.
“Hola, preciosa”, le dijo a la famosa estatuilla dorada cuando al fin fue suya.
– Demasiada pasión –
Los actores suelen estar muy emocionados cuando logran entrar en el selecto club de ganadores de un Óscar, pero Adrien Brody llevó esa pasión demasiado lejos en 2003.
Al subir al escenario para recoger su premio a mejor actor por la desgarradora “El pianista” de manos de la vencedora el año anterior, Halle Berry, Brody sorprendió al público -y a la propia Berry- plantándole un breve y apasionado beso en los labios.
“No estaba planeado. No sabía nada”, contó después Berry en una entrevista de 2017, explicando que la agarró desprevenida.
Y confirmó que, sencillamente, ella le “siguió”.
De su lado, Brody explicó en 2015 que “el tiempo se ralentizó” para él en aquel momento, y que su arrebato casi le cuesta la oportunidad de dar su discurso.
“Cuando terminé de besarla… Ya estaban mostrando el mensaje que decía ‘Sal del escenario, tu tiempo se ha acabado'”, recordó en una entrevista durante el festival de cine de Toronto.
– El más fuerte –
El fallecido Jack Palance ganó su primer y único premio de la Academia en 1992 al mejor actor de reparto, por su interpretación de un viejo vaquero opuesto a Billy Crystal en la comedia Western “City Slickers”.
Después de que Whoopi Goldberg le entregara el premio, Palance -entonces con 73 años- dio un breve discurso en el que hizo referencia a la preocupación de los productores por contratar a actores “de un cierto tramo de edad”.
“Se les olvida preguntar” si puedes hacer ciertas cosas, señaló, antes de dejar al público atónito lanzándose al suelo del escenario para hacer flexiones con un solo brazo y vestido de traje, levantando una apasionada ovación.
“No tenía ni idea de qué demonios hacer”, confesó después.