Ser periodista en el Sahel, una profesión ejercida "con el miedo en el cuerpo"

Ser periodista en el Sahel, una profesión ejercida "con el miedo en el cuerpo"
El asesinato de una periodista y un técnico de RFI en 2013 causó consternación. Y años después la situación es quizás más peligrosa que al comienzo del avance yihadista en el Norte en 2012. Foto/Formiche.net.

Los periodistas trabajan “con el miedo en el cuerpo” en varios países del Sahel por tratarse de una profesión de alto riesgo, reconocen algunos de ellos tras la muerte de dos colegas españoles en Burkina Faso y el secuestro de un francés en Mali.

Cuentan que les resulta muy difícil informar en medio de la propagación yihadista, los crímenes, la casi imposibilidad de acceder a algunos territorios y a determinadas fuentes y las múltiples presiones e intimidaciones. Eso sin hablar de la falta de medios.

Olivier Dubois, colaborador de varios medios de comunicación malienses y franceses, apareció el miércoles en un video en el que dice que fue secuestrado a principios de abril en Gao, en el noreste de Mali, por un grupo afiliado a Al Qaida.

Este periodista de 46 años, que vive y trabaja en Mali desde 2015, había acordado una reunión con el comandante de un grupo yihadista de la región, Abdallah Ag Albakaye. Fue visto por última vez subiendo a un coche con varios hombres.

En Burkina Faso, los periodistas españoles David Beriáin y Roberto Fraile, así como el irlandés Rory Young, presidente de una oenegé de protección de la vida silvestre, fueron asesinados cuando acompañaban a una patrulla de lucha contra la caza furtiva que fue atacada a finales de abril por hombres armados.

Su muerte “recuerda lo mucho que podemos estar expuestos en nuestra profesión”, declara el reportero burkinés Salif Zangre. “Esto no afecta a nuestra voluntad de cubrir la actualidad”, asegura, pero tomando precauciones.

Ahora es “casi imposible” cubrir información más allá de los pueblos de los alrededores, reconoce un periodista burkinés en la región del Norte, fronteriza con Mali. La AFP ha decidido no revelar su identidad.

– Blancos de ataque –

Burkina Faso ocupa el puesto 37 en la clasificación mundial de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) para 2021. Níger, el 59 y Mali el 99.

RSF incluso describe a Burkina Faso como “uno de los éxitos del continente” en este ámbito. Pero la organización reconoce los problemas de la prensa en los países sahelianos: inseguridad generalizada, restricciones a la circulación y sanciones impuestas por las autoridades en nombre de la lucha contra los yihadistas, además de las limitaciones que conlleva la pandemia de covid-19.

Los periodistas extranjeros son blancos, tanto por lo que representan como por su valor de cambio. Pero los locales también corren riesgos.

“La vida de un periodista en el Sahel no siempre es alegre, incluso en Bamako (relativamente preservada): alambre de púas alrededor de casa, precauciones en el exterior”, afirma Serge Daniel, corresponsal en la capital de Mali de la AFP y de Radio Francia Internacional (RFI) desde hace 25 años.

El asesinato de una periodista y un técnico de RFI en 2013 causó consternación. Y años después la situación es quizás más peligrosa que al comienzo del avance yihadista en el Norte en 2012, asegura.

Más allá de los riesgos que suponen los desplazamientos, los periodistas locales mencionan la sensación de amenaza permanente. El redactor jefe de la televisión privada maliense Renouveau TV, Bréhima Sogoba, asegura que algunos de sus corresponsales renuncian a firmar los reportajes por temor a represalias.

En Níger, donde los ataques a civiles se han multiplicado desde principios de año, un jefe de una radio comunitaria que pidió el anonimato reconoce que más vale “morderse mil veces la lengua antes de hablar”.

“Ahora es una profesión de muy alto riesgo. Los yihadistas y otros bandidos escuchan muy bien nuestros programas” y “tienen por costumbre enviar amenazas a las radios pidiéndoles que ‘tengan mucho cuidado'”, añade.

Un periodista de la misma región dice temer los secuestros. Su radio ya no organiza debates porque “la gente ya no se pelea por ponerse ante nuestros micrófonos”, y retransmite programas antiguos, dijo.

Seguir informando de temas complejos en este contexto es un desafío constante. Según el redactor jefe de Renouveau TV, hay que “conocer bien el terreno” y los temas en juego porque al fin y al cabo se trata de seguir vivo.

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