El Ejecutivo estadounidense explicó que durante las conversaciones ha manifestado su creencia de que “la arquitectura impositiva internacional” debe estabilizarse y que el campo de juego global debe ser justo.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este jueves que ha formalizado su propuesta de consensuar un impuesto mínimo global para las corporaciones de, al menos el 15 %, en las reuniones que ha mantenido con responsables de otros países sobre este tema.
El Tesoro estadounidense explicó, en un comunicado, que ese porcentaje es una base para continuar con las conversaciones con la idea de acordar, incluso, una tasa impositiva superior.
Durante los dos últimos días, Washington ha mantenido contactos con responsables del proyecto contra la erosión de la base fiscal de las multinacionales, conocido por sus siglas en inglés, BEPS, que corre a cargo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y del G20.
En esos contactos, se han desarrollado discusiones sobre un impuesto mínimo global sobre las grandes corporaciones, que, según el Tesoro, ya han comenzado “de forma seria”.
El Ejecutivo estadounidense explicó que durante las conversaciones ha manifestado su creencia de que “la arquitectura impositiva internacional” debe estabilizarse y que el campo de juego global debe ser justo.
En ese sentido apuntó que debe crearse un ambiente de colaboración entre los países para mantener las bases impositivas y garantizar que la tasa a las corporaciones sea “justa” y responda a las necesidades de la economía del siglo XXI.
El Gobierno del presidente Joe Biden reiteró que con un impuesto global corporativo “a cero” a día de hoy se ha producido una carrera a la baja en las tasas impositivas a las empresas, lo que socava la capacidad de los países de incrementar los ingresos para hacer las inversiones necesarias.
El Tesoro aseguró en su nota que EE.UU. se siente alentado “ante la recepción positiva” de sus propuestas y el “progreso sin precedentes” para establecer un impuesto global corporativo.
Desde su llegada a la Presidencia, el pasado 20 de enero, Biden ha puesto en cuestión los tabúes económicos asentados en EE.UU. desde la década de 1980 al apostar por una destacada intervención estatal y un refuerzo de los endebles sistemas de bienestar social.
Para sufragar este alud de gasto público, el actual mandatario estadounidense plantea una subida de impuestos para las grandes empresas, con un alza de la tasa impositiva del 21 % actual al 28 %, y limitar las maniobras de evasión a través de paraísos fiscales.
Además, Biden pretende aplicar un impuesto mínimo del 15 % sobre los ingresos contables, los que reportan a los inversores, a diferencia de los ingresos que se reportan a la Hacienda estadounidense.