Los estudios de anatomía de la madera ayudan a informar las decisiones de conservación y restauración de monumentos históricos y pueden proporcionar información previamente desconocida sobre las técnicas artísticas o los materiales utilizados en el pasado.
La Catedral Basílica Metropolitana Santa María La Antigua en Panamá es un monumento nacional. Posiblemente se remonta a finales del siglo XVIII, ha sobrevivido a incendios y daños por termitas. Para comprender el origen y la historia de las estructuras de madera de la Catedral y contribuir con el conocimiento científico para las decisiones de conservación y restauración, un equipo que incluyó al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) e instituciones colaboradoras, analizó su madera e identificó sus fuentes.
Los tipos de madera no son iguales. Algunas pueden tener una mayor tolerancia a ciertas condiciones ambientales que otras, o diferentes necesidades de mantenimiento y reparación. En el caso del retablo de la Catedral, se cree que todos los registros sobre esta se perdieron en un incendio, pero se decía que estaba hecha de cedro. Para recuperar parte de la información faltante, el equipo tomó pequeñas muestras de las áreas permitidas por los trabajadores de la restauración y las analizó. No arrojaría luz sobre el año exacto en que fue esculpido, o el artista detrás de la pieza, pero permitiría la identificación de las especies de árboles utilizadas.
Con muestras de astillas bajo el microscopio, la pasante de STRI, Janitce Harwood, descubrió que el retablo original estaba tallado en caoba (Swietenia Jacq); pero que la restauración se hizo con una especie de cedro local, Cedrela odorata.
“Ambas especies pertenecen a la misma familia, lo que podría causar confusión”, comentó Harwood, estudiante de biología de la Universidad de Panamá, con formación en botánica. “A primera vista, la madera de caoba es rojiza y tiene un aroma agradable; la madera de cedro es de color amarillo a rojizo y sin aromas. Durante el trabajo de restauración, los trabajadores dudaban en usar madera de cedro, pero esa fue la información que compartió la iglesia”.
También examinó astillas de una escultura de madera de San Andrés. Según los feligreses, fue tallada en madera de guayacán (Handroanthus guayacan). Pero los análisis de Harwood confirmaron que, aunque era una especie del género Handroanthus Mattos, sus características anatómicas son muy similares a las del guayacán.
“Janitce es una experta en el uso de detalles microscópicos de la anatomía de la madera para identificar distintas especies de árboles, y los expertos en restauración estuvieron encantados de trabajar con ella para identificar la fuente original de madera”, comentó el coautor William Wcislo, científico senior de STRI y asesor del director, quien también participó en la restauración identificando nidos de abejas cubiertos de hoja de oro.
Además de informar las decisiones de conservación y restauración de monumentos históricos, los estudios de anatomía de la madera también pueden proporcionar información previamente desconocida sobre las técnicas artísticas o los materiales utilizados además de brindar pistas sobre los tipos de especies maderables que eran comunes en el pasado.
“Esta es una contribución al conocimiento sobre la Catedral, un monumento histórico nacional que es parte de nuestro patrimonio, y un testimonio de la flora de Panamá y cómo la usaban nuestros antepasados”, comentó Harwood. “Quizás no quedan muchos altares de madera en Panamá. Ahora, la mayoría están construidos con mármol. Este puede ser el primer estudio de este tipo que se realiza en esta parte de América Latina”.
Los miembros del equipo de investigación están afiliados a STRI, la Universidad de Panamá y Conservación y Restauración Dalmática. La investigación fue financiada por STRI y la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá (Senacyt).
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en ciudad de Panamá, Panamá, es una unidad de la Institución Smithsonian. El Instituto promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad, capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos, y fomenta la conservación mediante la concienciación pública sobre la belleza e importancia de los ecosistemas tropicales.