El Informe Mundial sobre la Audición de la OMS pronostica que, ningún individuo experimentará pérdida auditiva por causas prevenibles y “las personas con pérdida auditiva puedan alcanzar su máximo potencial mediante la rehabilitación, educación y empoderamiento”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó su Informe Mundial sobre la Audición, en el cual, “prevé un mundo en el que ninguna persona experimente pérdida auditiva debido a causas prevenibles y las personas con pérdida auditiva puedan alcanzar su máximo potencial mediante la rehabilitación, educación y empoderamiento”, informó la Fundación Oír es Vivir.
Mediante la audición podemos conectarnos con el entorno y el resto de las personas, educarnos y otras actividades. El documento señala que, “más de 1.500 millones de personas experimentan actualmente algún grado de pérdida auditiva, que podría aumentar a 2.500 millones en el 2050. Además, 1.100 millones de jóvenes corren el riesgo de sufrir una pérdida auditiva permanente por escuchar música a un volumen alto durante períodos prolongados”.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, dijo que “nuestra capacidad de audición es un bien muy preciado y, si no se trata, las pérdidas auditivas pueden acarrear consecuencias devastadoras en la capacidad de las personas para comunicarse, estudiar y ganarse la vida. Además, también pueden afectar a su salud mental y a la posibilidad de que mantengan relaciones”.
Una de las causas más importante de contar con esta discapacidad es no tratarla y aqueja a todas las edades. “Si no se identifica y aborda, puede tener consecuencias de gran alcance, afecta negativamente el desarrollo del lenguaje, el bienestar psicosocial, la calidad de vida, logro educativo e independencia económica en diversas etapas de la vida”.
El documento contiene “datos epidemiológicos y financieros sobre la pérdida auditiva; describe las soluciones rentables disponibles y establece el camino a seguir a través de la atención integrada del oído y la audición centrada en las personas”. Advierte que, según las previsiones, “una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en el 2050”.
De manera general, el informe busca contribuir a que las personas puedan escuchar y la atención auditiva sea una prioridad de salud.
Entre sus objetivos se encuentran: “establecer la pérdida auditiva como prioridad sanitaria entre los responsables de las formulaciones de políticas. Llamar la atención sobre las soluciones existentes para prevenir y rehabilitar la pérdida auditiva, así como los desafíos. Documentar la evidencia científica y experiencias de los países. Hacer recomendaciones y establecer objetivos que estimulen las acciones para mejorar la audición y su cuidado”.
Fue elaborado con el apoyo de expertos y partes interesadas en el campo del cuidado del oído y la audición. El equipo se encargó de la dirección estratégica y que refleje una variedad de contextos y enfoques culturales del cuidado auditivo.
Su alcance es mundial y se enfoca, especialmente, en los países de ingresos bajos y medios, donde el número de personas con pérdida auditiva no es acorde a la disponibilidad de servicios y recursos.
Hace referencia a los profesionales disponibles para atender los problemas auditivos. “Aproximadamente el 78% de los países de ingresos bajos cuentan con menos de un otorrinolaringólogo por cada millón de habitantes; el 93% tiene menos de un audiólogo por cada millón de personas; solo el 17% tiene uno o más logopedas por cada millón, y solo el 50% dispone de, al menos, un maestro para sordos por cada millón de habitantes”, realzó el documento.
“Los países deben adoptar un enfoque integral centrado en las personas para que todas aquellas que los necesiten se puedan beneficiar equitativamente de los progresos y las soluciones de que disponemos. Es fundamental integrar estas intervenciones de asistencia a las personas con problemas otológicos y de audición en los planes nacionales de salud y que las prestemos en el seno de unos sistemas de salud reforzados, como parte de la cobertura sanitaria universal”, expresó, la doctora Bente Mikkelsen, directora del Departamento de Enfermedades no Transmisibles de la OMS.