El mayor vertedero de Panamá es un "desastre ambiental y sanitario"

El mayor vertedero de Panamá es un "desastre ambiental y sanitario"
Personas trabajan recolectando metales, hoy en el vertedero de Cerro Patacón en ciudad de Panamá (Panamá). Foto, EFE/Bienvenido Velasco.

La recolección de basura es uno de los problemas que afrontan las comunidades panameñas en general, situación que se atribuye tanto deficiencias en la recogida como a una falta de cultura de depósito de desperdicios.

El Cerro Patacón, el mayor vertedero de Panamá y que sirve a la capital del país, es un “desastre ambiental y sanitario”, lo que solo cambiará con una modificación del modelo de gestión de los desechos, dijeron este viernes el Gobierno y defensores ambientales.

En el Relleno Sanitario de Cerro Patacón se dispone más del 40 % de toda la basura generada en este país de 4,28 millones de habitantes, de acuerdo con los datos oficiales, y un deslave producto de las lluvias caídas en la última semana ha vuelto a poner el foco sobre su manejo.

“Cerro Patacón es un desastre ambiental, sanitario y de imagen para el país”, afirmó de manera contundente este viernes el ministro de Ambiente, Milciades Concepción, y responsabilizó a la empresa Urbalia Panamá, que según la información disponible administra desde 2008 el vertedero.

La administración del relleno ha incumplido “históricamente” con su papel legal y técnico de “manejar debidamente ese vertedero o botadero de basura”, indicó Concepción en declaraciones a la cadena Telemetro, y reiteró que fue una “irresponsabilidad” de esta compañía lo que ocurrió hace días con el deslave.

IMPACTO AMBIENTAL

En cuanto al impacto o daño ambiental que pueda darse con lo que ocurre en Cerro Patacón, el ministro destacó que entre ellos está la contaminación a la calidad del aire que se respira en un radio de “muchos kilómetros”, las aguas superficiales y subterráneas por los lixiviados tóxicos, y parte de la cuenca baja de la capital con aguas que fluyen al Canal de Panamá.

“Remediar esa área va a ser un problema”, remarcó Concepción, y dijo que se evalúa intervenir la administración del relleno, que por contrato está a cargo de Urbalia hasta el 23 de mayo de 2023, precisó el ministro.

Urbalia tiene entre sus responsabilidades controlar y segregar toda la basura que entra al relleno.

Un informe de la Autoridad de Aseo (AAUD) detalló que las lluvias de hace unos días causaron un deslave en la “Etapa 1 del Relleno Sanitario de Cerro Patacón, clausurado hace 7 años”, y que esto provocó que “los lixiviados se desbordaran causando afectaciones en la planta de tratamiento de estos fluidos y en la planta incineradora”.

La AAUD ha determinado que el Río Guabinoso, que rodea el vertedero, “está contaminado por las aguas de estos lixiviados” señaló un comunicado de la entidad, que ya ha “aplicado sanciones a la empresa Urbalia por esta situación”.

El vertedero abarca más de 130 hectáreas, pero el impacto de su toxicidad alcanza unas 9 mil hectáreas, según estudios ambientales. Varias barradas capitalinas situadas a 3 o 4 kilómetros se ven afectadas por olores o incendios por la combustión de los desechos.

 La recolección de basura es uno de los problemas que afrontan las comunidades panameñas en general, situación que se atribuye tanto deficiencias en la recogida como a una falta de cultura de depósito de desperdicios.

CERRO PATACÓN, UN DESASTRE SIN ATENDER

El vertedero de Cerro Patacón es un “desastre” con relación a su manejo “desde muchas administraciones pasadas”, debido a la “falta de seguimiento, voluntad política y malos procesos, entre otros”, dijo a Efe este viernes Ricardo Wong, presidente de la Fundación para la Protección del Mar PRO-MAR.

“La situación no va a cambiar sino cambia el modelo de gestión de los desechos. Se requiere un enfoque de economía circular, cobro apropiado, rendición de cuentas y cultura de pago (por el servicio) por mencionar algunas”, indicó el ambientalista panameño.

El manejo del vertedero “debe mejorar”, afirmó Wong, y destacó el hecho de que en la actualidad hay entre 500 a 800 personas o recicladores de base trabajando en la trinchera de desechos.

 Algunos de estos recicladores han construido asentamientos informales que son impactados directamente con emisiones de gases y la contaminación de las fuentes superficiales de agua con lixiviados lo que puede ser un “foco de contaminación para la ciudad”, añadió.

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