La líder del SNP y ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, anunció el pasado martes en el Parlamento de Edimburgo su intención de celebrar la consulta a finales de 2023, objetivo en el que ya trabaja su Gobierno.
El Gobierno de Nicola Sturgeon tiene “el mandato de la sociedad para celebrar un referéndum” de independencia en esta legislatura tras el que perdió en 2014, afirmó el ministro escocés de la Constitución, Angus Robertson, en una entrevista con Efe en el curso del actual congreso del Partido Nacional Escocés (SNP).
Este evento, que se celebra de forma virtual del 10 al 13 de septiembre y precede al Congreso anual de la formación, supone la primera reunión de los independentistas escoceses desde su victoria en las elecciones autonómicas del pasado mayo, cuando el SNP fue reelegido por mayoría simple y ahora gobierna con el apoyo parlamentario del Partido Verde.
“El SNP fue reelegido para hacer frente a la crisis pandémica y para celebrar un referéndum con el que la sociedad pueda decidir sobre el futuro de su país”, declara Robertson, que apunta que impulsarán el plebiscito “tan pronto como se salga de la pandemia.”
La líder del SNP y ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, anunció el pasado martes en el Parlamento de Edimburgo su intención de celebrar la consulta a finales de 2023, objetivo en el que ya trabaja su Gobierno.
“Tenemos el mandato de la sociedad para celebrar un referéndum. Uno que se asemeje al celebrado en 2014 (acordado con el Reino Unido)”, señala el ministro, que considera que se cumplen las circunstancias para repetir la consulta dado que Londres “rompió su compromiso” de que si los escoceses rechazaban la independencia el país “permanecería en la Unión Europea (UE)”.
Robertson fue elegido por Sturgeon para gestionar, entre otras competencias, la independencia, las relaciones europeas y las políticas internas con el Gobierno del Reino Unido tras su salida de la UE.
En sustitución de la normativa europea, el Parlamento británico ha aprobado, entre otras, la Ley del Mercado Interno, sobre la que el ministro se muestra crítico.
Robertson considera que “permite al Gobierno del Reino Unido legislar en áreas en las que no tiene competencias”, en detrimento de los parlamentos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
“Se nos prometió que veríamos financiación ligada a las competencias europeas”, lamenta el independentista, que sostiene que el Ejecutivo británico ha utilizado el Brexit para recuperar poderes no solo de Bruselas sino también de las naciones históricas británicas.
PROBLEMA DEMOCRÁTICO
El Parlamento de Escocia -territorio que rechazó la salida de la UE en el referéndum británico de 2016- es de mayoría independentista: de 129 diputados, 72 apoyan la independencia, entre el SNP y el Partido Verde.
“El Gobierno británico va a tener que conceder celebrar un referéndum en Escocia porque, si no lo hace, la situación sólo irá a peor”, mantiene el ministro.
“Lo que es un reto de independencia pasará a ser un problema de democracia, si es que el Reino Unido, como Estado democrático, no reconoce los deseos de una de sus naciones constituyentes”, argumenta.
Actualmente, las encuestas muestran una sociedad dividida. Desde las elecciones regionales, el apoyo a la secesión fluctúa, con gran número de indecisos. De media, un 48,8 % estaría a favor, mientras que un 51,2 % se opone. En 2014, un 44,7 % respaldó el Sí frente al 55,3 % del No.
“El Reino Unido es una unión voluntaria, y también lo es nuestra decisión de si queremos permanecer en él, más ahora que está fuera de la UE”, reivindica político.
Robertson declina comparar la situación de Escocia con otros movimientos nacionalistas: “No hay nadie más en nuestras circunstancias. Escocia se encuentra en una encrucijada, hemos sido retirados de la Unión Europea, cuando queremos quedarnos.”
Según el ministro, el Gobierno escocés aboga por “un proceso constitucional ordenado y consensuado” sobre los que serán “los próximos pasos democráticos”, como se hizo hace siete años.
“Daremos los pasos de cara a la preparación de un referéndum”, de acuerdo al plan de ruta aprobado por la Asamblea Nacional del partido a principios de año, y ello incluirá que “el Parlamento escocés tenga su palabra”, asegura.