Esta semana, los inversores han estado preocupados por el ritmo de la recuperación económica y la falta de concreción de la Reserva Federal (Fed) sobre la futura retirada de estímulos monetarios.
Wall Street despide la semana con pérdidas acumuladas, arrastrado por las incertidumbres sobre la recuperación de la economía en Estados Unidos y el futuro de los estímulos monetarios desplegados en la pandemia.
En esta semana corta -el lunes fue el festivo del Día del Trabajo en EE.UU.- el Dow Jones de Industriales recortó un 2,2 % de su valor, el S&P 500 un 1,6 % y el Nasdaq un 1,7 %.
Las principales plazas europeas también saldaron la semana con pérdidas: Madrid, un 1,9 %; Londres, un 1,53 %; Milán, un 1,45 %; Fráncfort, un 1,09 %; y París, un 0,39 %.
Septiembre suele ser un mes flojo para Wall Street, pero de momento los indicadores siguen cerca de sus niveles máximos tras un verano positivo.
Esta semana, los inversores han estado preocupados por el ritmo de la recuperación económica y la falta de concreción de la Reserva Federal (Fed) sobre la futura retirada de estímulos monetarios.
Se espera que la Fed aporte información sobre esos planes en su próxima reunión de política monetaria que empieza el 21 de septiembre, teniendo en cuenta que el Banco Central Europeo dijo ayer jueves que ralentizará su programa de compras de activos.
El último informe mensual del banco central estadounidense constató una leve desaceleración de la economía, principalmente por el impacto de la variante delta del coronavirus en las rutinas de la población, que ha gastado menos en ocio.
Estados Unidos registra casi 150.000 nuevos casos diarios de covid-19 y la tasa de vacunación completa está estancada en el 53 %, lo que ha llevado al Gobierno a obligar a las grandes compañías a requerir inmunizaciones o pruebas.
Por otra parte, las empresas del país, además de una menor demanda, siguen afrontando problemas de suministro y escasez de mano de obra. Ese entorno corporativo complicado se ha reflejado en el incremento de los precios al productor un 8,3 % en agosto, el mayor avance interanual desde 2010.
Mientras tanto, las solicitudes de subsidio por desempleo, un indicador de los despidos en EE.UU., cayeron la semana pasada a su cifra más baja desde que comenzó la pandemia, lo que muchos interpretan como que los negocios se aferran a sus empleados.
“Sin embargo, con el repunte de casos, los planes de vuelta a las oficinas se han retrasado y ha crecido la porción de trabajadores que no están en la fuerza laboral por temor a la covid-19”, señalaron los analistas de Wells Fargo en una nota.
Según los expertos, el mercado ha seguido marcado por el decepcionante informe de empleo de agosto, que reflejó la creación de 235.000 puestos frente a los 720.000 que se esperaban y supuso el peor reporte desde el pasado enero.
“Wall Street ha buscado razones para ser optimista. Las mentes de muchos operadores no estaban en las negociaciones, ya que EE.UU. está recordando los ataques del 11 de septiembre”, apuntó Ed Moya, de la firma Oanda.
En el mercado de deuda, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años comenzó la semana con una fuerte subida, hasta el 1,38 %, y progresivamente fue descendiendo para finalmente estabilizarse en el 1,34 %.
En cuanto al petróleo, el barril de West Texas Intermediate (WTI) cambió de rumbo y se encareció un 0,6 % acumulado tras la conversación telefónica mantenida anoche por los presidentes de EE.UU, y China.