Un grupo de expertos, por encargo del G-7, han publicado un documento final de conclusiones, en el que alertan de que dificultades inesperadas como una pandemia, junto con otras “distorsiones crónicas” del sistema económico, amenazan la “prosperidad” del mundo.
Un informe encargado por el G7 a un equipo de expertos urge al grupo de países ricos a utilizar las herramientas a su alcance para fortalecer la economía global, que afronta “retos sistémicos sin precedentes”, y cumplir sus compromisos de ayuda ante la pandemia de coronavirus.
El grupo de expertos, presidido por el diplomático británico Mark Sedwill, máximo funcionario de la Administración del Reino Unido durante los dos últimos gobiernos conservadores, tenía por misión analizar el escenario mundial que ha dejado la crisis sanitaria y proponer políticas de recuperación “basadas en la evidencia”.
Tras presentar a los líderes del G7,- el grupo de los siete países más desarrollados-sus reflexiones preliminares durante la cumbre que se celebró en junio en Cornualles (suroeste de Inglaterra), han publicado ahora un documento final de conclusiones, en el que alertan de que dificultades inesperadas como una pandemia, junto con otras “distorsiones crónicas” del sistema económico, amenazan la “prosperidad” del mundo.
“Mientras que la comunidad global y grupos como el G7 responden a cada crisis con una fuerte retórica, todavía no hemos visto que cumplan los compromisos que han hecho”, esgrimen los expertos.
“En el momento de redactar (el informe), solo una parte de las vacunas contra la covid-19 que se prometieron para este año tras la cumbre de líderes (del G7) se han entregado”, indica el documento, que constata además que no se están cumpliendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
Entre sus recomendaciones, los expertos urgen al G7 a hacer de la protección a nivel global un “tema permanente” de sus reuniones e incrementar la financiación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el programa de vacunas Covax.
Piden también a los países ricos que desarrollen estándares y prácticas que faciliten la “transición verde” de la economía mundial, impulsen mecanismos para el intercambio comercial de derechos de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y ejecuten planes para abandonar el uso de combustibles contaminantes.
Subrayan en particular la necesidad de “fortalecer” las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para “garantizar, en lugar de frenar, las ambiciones climáticas globales”.
“La cuarta revolución industrial, el auge de China, así como eventos medioambientales, económicos y geopolíticos, han sobrepasado a la gobernanza económica global”, señala en un comunicado Sedwill.
La directora del Instituto Aspen en Alemania, Stormy Mildner, una de las autoras del informe, esgrime, por su parte, que “hoy en día las crisis son frecuentes, severas y tienen múltiples causas”.
“El mundo tal como lo conocemos ha cambiado significativamente en los últimos años. Es el momento de que la gobernanza económica global también lo haga”, recalcó.