Las declaraciones del candidato presidencial chileno ultraconservador José Antonio Kast, quien afirmó que en la dictadura de Augusto Pinochet se hicieron elecciones democráticas y “no se encerró a los opositores políticos”, despertó este sábado la reacción del resto de aspirantes, que le acusaron de “negacionismo”.
El aspirante del Partido Republicano, al que varios sondeos sitúan entre los favoritos para ser el nuevo presidente, hizo esas declaraciones el pasado viernes en un encuentro con la prensa internacional en el que respondió por qué no califica al régimen militar de Pinochet (1973-1990) como una dictadura, pero sí pone este calificativo a los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
“Hay una situación que claramente marca una diferencia con lo que ocurre en Cuba, en Venezuela y en Nicaragua. Creo que lo de Nicaragua refleja plenamente lo que en Chile no ocurrió, que frente a elecciones democráticas, se hicieron las elecciones democráticas y no se encerró a los opositores políticos, y eso marca una diferencia fundamental”, dijo Kast, declaraciones que tuvieron un amplio eco en los medios a través del cable difundido por Efe.
El candidato, abogado de 55 años, abundó que la Constitución que en 1980 se promulgó durante el régimen de Pinochet, y que rige en la actualidad tras varias reformas, “contenía toda la transición a la democracia, que se cumplió” y que, “por lo tanto, no hay punto de comparación” con lo que ocurre en las “dictaduras” de Cuba y Nicaragua o en la “narcodictadura de Venezuela”.
El asunto se instaló este sábado en la campaña electoral, apenas siente días antes de que el próximo domingo se abran las urnas para una de las elecciones más inciertas de la historia del país, y despertó la reacción de varios de los otros seis candidatos a ocupar la primera magistratura.
El principal favorito en las encuestas, el izquierdista Gabriel Boric, indicó que lo que dijo Kast “es gravísimo” y agregó que “demuestra no solamente cuál es su visión respecto de la historia, sino también respecto al futuro”.
“Él no sólo niega los crímenes que cometió la dictadura en Chile que él apoyó, sino que además en su programa propone cerrar el Instituto Nacional de Derechos Humanos”, expresó Boric.
La carta de centroizquierda, Yasna Provoste, señaló que lo que dijo Kast “no es efectivo” y que le parece “de máxima gravedad” porque “en Chile se encarceló, torturó e hizo desaparecer a los opositores”.
El aspirante de la derecha oficialista, Sebastián Sichel, escribió en Twitter que no se puede “legitimar o relativizar la violencia, la restricción de la libertad y la persecución al que piensa distinto” y apuntó que “como dice Vargas Llosa: todas las dictaduras son malas, peligrosas e inaceptables”.
Finalmente, el progresista Marco Enríquez-Ominami consignó en la misma red social que “el negacionismo es una forma de violencia” y advirtió de que con Kast “está en peligro la vida en común” y que va a “robar la democracia”.
En su conversación con los periodistas, Kast dijo también que no se siente de ultraderecha y pidió que no se le calificara como tal y sí como “un candidato de sentido común”.
“No lo soy (de ultraderecha)” (…) Se acuñó un concepto por la prensa de que yo soy extremo, ¿extremo en qué? (…) Es una división política antigua y vamos a romper los esquemas políticos tradicionales, ¿por qué cree que a alguien que le califican de extrema derecha puntea las encuestas?”, expresó.