En un informe publicado este lunes, la OCDE calcula que si todos esos grupos fueran tan activos en la creación de empresas como los hombres entre 30 y 49 años, habría 35 millones de personas adicionales que se lanzarían a la aventura.
Las barreras que afrontan las mujeres, los jóvenes y las personas mayores para la creación de empresas si se levantaran ofrecerían un potencial que la OCDE cifra en 35 millones de personas susceptibles de materializar sus proyectos en los países miembros.
En un informe publicado este lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que si todos esos grupos fueran tan activos en la creación de empresas como los hombres entre 30 y 49 años, habría 35 millones de personas adicionales que se lanzarían a la aventura, de las cuales 9 millones en la Unión Europea.
Alrededor de tres cuartas partes de esos empresarios “perdidos” son mujeres, la mitad tienen más de 50 años y uno de cada ocho no ha cumplido los 30 años.
“La falta de diversidad en la creación de empresas es una oportunidad perdida para la creación de empleo y el crecimiento tras la covid”, señaló el vicesecretario general de la organización, Yoshiki Takeuchi.
En el periodo de referencia de 2016 a 2020, menos del 5 % de las mujeres en la Unión Europea estuvieron involucradas en la creación de una empresa o en su dirección, frente al 8 % de los hombres.
En toda la OCDE, las mujeres eran un 8 %, en comparación con el 13 % de los hombres.
Según los autores del estudio, esas diferencias se deben a diferentes factores como los obstáculos en los mercados financieros, la formación de unos y otros o las condiciones institucionales.
Para el vicesecretario general, corregir esos problemas y ofrecer igualdad de oportunidades pasa por poner más dinero en la financiación, invertir en formación y dar apoyo a las necesidades diferentes.