El matrimonio entre personas del mismo sexo se encamina a convertirse en ley en Chile si el Senado lo aprueba este martes para concretar un largo anhelo de la comunidad LGBTIQ+.
La Cámara Alta tiene la última palabra sobre el proyecto pero previamente debe ser revisado en la Comisión de Constitución del Senado, lo que podría demorar la votación final o incluso posponerla para otra jornada.
A horas de la decisiva votación, en la sede del Movimiento de Integración y Liberación homosexual (Movilh) en Santiago, miembros del colectivo alistaban banderas de arcoiris y decenas de carteles, que rezaban: “Matrimonio igualitario !ahora!”
“Hay muchos nervios e ilusión”, dijo a la AFP Ramón Gómez, visiblemente emocionado junto a su pareja desde hace 21 años, Gonzalo Velázquez, antes de partir en una furgoneta rumbo al vecino puerto de Valparaíso, sede del Congreso chileno, para asistir a la histórica sesión.
“Este proyecto debe ser ley ahora mismo. Ya no hay excusas para seguir extendiendo la discusión en el Congreso, teniendo a cientos de familias esperando con ansias”, indicó por su parte Isabel Amor, directora ejecutiva de Fundación Iguales.
El proyecto busca equiparar derechos y obligaciones independientemente del sexo de las personas que conformen el matrimonio.
Para ello cambia el concepto de matrimonio entre un hombre y una mujer para que se aplique sin distinción de sexo.
Actualmente la única herramienta jurídica para unir legalmente a parejas del mismo sexo es el Acuerdo de Unión Civil -aprobado en 2015- que permite acceder a casi todos los derechos que estipula el matrimonio pero niega la posibilidad de adopción y los derechos de filiación de hijos para parejas del mismo sexo, discriminación que con este proyecto cambiaría.
“El amor no discrimina, pero la ley sí. En Chile no somos reconocidas como familia; el matrimonio igualitario es una reivindicación de años viviendo como ciudadanas de segunda categoría”, señaló Lorena Grez, quien participó el lunes en la entrega de 20.000 firmas en favor de la aprobación del proyecto.
En caso de ser aprobado, Chile se convertiría en el noveno país de América en legalizar el matrimonio igualitario después de Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Brasil, Uruguay y Argentina. En México es legal en 14 de los 32 estados del país.
– Años de espera –
El proyecto ingresó al Parlamento en 2017, tras una iniciativa de la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2018). El actual presidente chileno, el conservador Sebastián Piñera, decidió acelerar su trámite en el Congreso, tras un sorpresivo anuncio en su última cuenta pública el 1 junio de este año.
Fue aprobado en el Senado el 21 de julio y en la Cámara de Diputados el pasado 23 de noviembre, en ambas cámaras con gran mayoría y siempre con la oposición de la derecha oficialista más conservadora.
Pero algunos cambios introducidos en artículos del proyecto obligaron a un tercer y último trámite legislativo.
“Es fundamental avanzar en dignidad con el matrimonio igualitario, porque el amor no puede ser condicionado”, dijo la presidenta del Senado, la demócrata-cristiana Ximena Rincón, el lunes tras dar su apoyo a varias organizaciones que luchan por los derechos de la comunidad LGTBIQ+.
– Ganas de casarse –
Para demostrar el respaldo que hay al proyecto entre las pareja del mismo sexo en Chile, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) presentó hora antes de su trámite en el Congreso una encuesta realizada a 1.878 personas con parejas homoparentales de todo el país. El 82,8% dijo tener pensado contraer matrimonio en caso de aprobarse la iniciativa.
El 91,8% de quienes fueron consultados y que habían firmado el Acuerdo de Unión Civil señalaron que anularán dicho trámite para casarse.
Con respecto a los cuatro años de estancamiento del proyecto en el Parlamento, el 91,9% considera que “se ha demorado de manera injustificada”.
– Campaña electoral –
El proyecto también afecta de lleno a la campaña para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo 19 de diciembre, en la que se enfrentarán el ultraconservador José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric.
Boric, diputado y exlíder estudiantil de 35 años y candidato de la alianza apruebo Dignidad -Frente Amplio y Partido Comunista-, defiende el matrimonio entre parejas del mismo sexo en su programa electoral como una forma de equiparar derechos. En su calidad de diputado, votó a favor del proyecto.
En tanto, el abogado Kast, de 55 años, candidato del Partido Republicano, plantea en el punto 249 de su programa “impedir que se adoctrine por la fuerza a niños sobre diversas ideologías”, y se opone a la “aprobación del ‘matrimonio homosexual’ y la opción de adopción, protegiendo el ‘interés superior del niño’, el cual está constituido por el derecho de todo niño a tener un papá y una mamá”.