Es la manera más fácil de redactar

Es la manera más fácil de redactar
El autor es profesor de Español, periodista y maestro en Educación.

No sabemos dónde comenzó este uso y abuso del gerundio de posterioridad. Pero es un mal que se ha generalizado en el mundo hispanohablante y que continuará mientras no haya una educación lingüística adecuada.

Para muchos redactores, en especial los de los medios de comunicación social, emplear el gerundio de posterioridad es una manera más fácil de redactar. No les importa si tienen que emplear conectores o verbos. En otras palabras, en sus escritos desaparecen los verbos, las conjunciones y los conectores.

Así vemos párrafos largos y densos que requieren de punto seguido y conectores para que sean más asimilables para los lectores: “La madre de la víctima, Arelis Murillo, de 42 años, al escuchar las detonaciones sale y es impactada con arma de fuego quedando herida, siendo trasladada al cuarto de urgencias del hospital regional Rafael Hernández, donde su condición es estable”.

En esta redacción es de un periódico panameño, y en ella se nota la facilidad con que el redactor hace gala de los gerundios de posterioridad. Lo cierto es que la señora resultó herida y después fue trasladada al hospital. Evitar el empleo del gerundio es tan sencillo. Solamente se requiere un poquito de imaginación.

No sabemos dónde comenzó este uso y abuso del gerundio de posterioridad. Pero es un mal que se ha generalizado en el mundo hispanohablante y que continuará mientras no haya una educación lingüística adecuada. Muchas veces el gerundio es incontenible, porque a los hablantes les es difícil evitar que se escape de sus bocas o que lo escriban: es muy resbaladizo. Sin embargo, es bueno recordar que para construir bien una oración es necesario un verbo en forma personal. Solo empleando el verbo, el corazón de la oración, se redactará en forma más adecuada y eficaz, y los usuarios se darán cuenta de que los gerundios no son necesarios.

Decíamos que no sabemos de dónde surgió, pero aquí tenemos un ejemplo de un periódico español: “…un grupo de diez hombres había asaltado violentamente y a plena luz del día el viernes 22 de febrero de 2019 la sede de la Embajada de Corea del Norte en Madrid, llevándose material clasificado en ordenadores y discos duros, y dejando heridos, amordazados y maniatados a sus siete moradores. Los hombres se llevaron material clasificado y dejaron heridos amordazados y a sus siete moradores maniatados.

No hay diferencias entre los periódicos de aquí y de allende, todos emplean el gerundio de posterioridad como les venga en ganas. Durante años, muchos expertos en lengua española han estado insistiendo en la necesidad de emplear adecuadamente el gerundio en el idioma de Cervantes, aunque algunos de estos cometen los mismos errores que refutan.

Quizás parezca un recurso estilístico para muchos escritores, sobre todo los de novelas, pero lo cierto es que los defensores del gerundio de posterioridad no han formulado una teoría que recoja las reglas gramaticales que le den validez científica.

Según la Fundación del Español Urgente —FundéuRAE—, una institución cuyo principal objetivo es impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación, promovida por la Real Academia Española (RAE) y la Agencia EFE, creada en 2005, se admite este uso cuando las dos acciones son tan inmediatas que prácticamente se entienden como simultáneas (“Resbaló con el suelo mojado, golpeándose la cabeza contra el suelo”). Y cuando el gerundio indica la consecuencia de lo expresado en el verbo principal: “El río se desbordó, obligando a los habitantes a huir en medio de la noche”. Con el perdón de la RAE, los dos gerundios son de posterioridad: Primero se resbaló y después se golpeó la cabeza. El hecho de resbalarse no significa que de hecho se haya golpeado en la cabeza. Pudo haber sido en el brazo o en la espalda. En el otro caso, el río se desbordó y obligó o lo que obligó a los habitantes a huir…

El problema se agrava más cuando se presentan estas series de explicaciones que no tienen asidero científico y que lo único que sirven es para continuar afeando más y más la lengua española. Si Ud., estimado lector, quiere mejorar su redacción, por favor, acepte los consejos e investigue más porque hay muchos libros buenos sobre este tema.

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