Eclosión de insensatos pandémicos

Eclosión de insensatos pandémicos
El autor es periodista, profesor de Español y magíster en Educación.

La batalla contra los estragos causados por la pandemia del covid-19 es prolongada. Mientras disminuyen los contagios en algunos lugares en otros se disparan porque los habitantes no siguen las medidas de bioseguridad implantadas por las autoridades de salud de cada país.

La eclosión de los insensatos durmientes, que esperan como espías o terroristas el momento oportuno para conspirar contra su propia vida y las de los demás, mediante una campaña antivacunas del covid-19 a través de las redes sociales y medios de comunicación, se ha desatado en muchos países del mundo. Estos insensatos pertenecen a todos los estratos sociales del mundo, desde presidentes hasta ciudadanos comunes.

Muchos seguidores de estos modernos “torquemadas”, entre ellos un líder religioso, han fallecido últimamente por cometer la insensatez de no aceptar las vacunas. A estos “torquemadas (personas intolerantes, inflexibles y despiadadas en la represión de cualquier forma de disenso o protesta)  no les interesa un ápice con sus propias vidas y menos con las de los demás.

Pero hay otros, que no les ha tocado la misma suerte por la gracia divina, como un expresidente de EE.UU. y el actual presidente de Brasil, que han mentido, inventado y levantado infundios. Son miles los insensatos que los veneran como a dioses.

Se necesita odiarse a sí mismo y al mundo entero para asumir una actitud tan nefasta. Sin tener conocimientos científicos sobre el verdadero alcance de las vacunas, lanzan a los cuatro vientos teorías falsas y muchas personas siguen las ideas de estos insensatos pandémicos que pululan en casi todos los países del mundo.

La batalla contra los estragos causados por la pandemia del covid-19 es prolongada. Mientras disminuyen los contagios en algunos lugares en otros se disparan porque los habitantes no siguen las medidas de bioseguridad implantadas por las autoridades de salud de cada país. En Estados Unidos, el alcalde de Nueva York ha decretado la obligatoriedad de la vacunación a los empleados de todas las empresas privadas de la ciudad.

En el caso de Panamá, las autoridades han informado que los contagios han disminuido en algunas provincias y aumentado en otras, pero que se deben mantener las medidas para no pasar a engrosar las cifras de muertes. En vista de que en varios países europeos, entre ellos Alemania, Austria y Grecia, tienen una quinta ola de covid-19 y la amenaza de la variante ómicron, se hará  obligatoria en ellos la vacunacióncontra el covid-19 a partir de principios del próximo año para, al menos, una parte de la población.

No cuesta nada, en realidad, someterse al régimen de las vacunas, primero, porque es gratuito, y, segundo, no causan dolor.   Ahora, si se cobrara por la aplicación de las vacunas y fueran obligatorias, a lo mejor acudirían gustosos a los centros de vacunación.  Todos los pueblos del mundo deben esforzarse y obedecer las normas de seguridad si quieren eliminar la pandemia del covid-19 para el bien de las presentes y futuras legislaciones.

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