Debemos ser conscientes de que nuestra responsabilidad con la Madre Tierra es acatar las leyes que se han promulgado para evitar el cambio climático. En nuestras manos está el futuro de la preservación de la vida en el planeta Tierra.
Los desastres naturales han estado asediando el planeta Tierra con intensidad en los últimos tiempos. Todos los días leemos y vemos noticias sobre inundaciones, erupción de volcanes, derretimiento de las zonas glaciares e incendios forestales. Estos desastres, en su mayoría, son naturales o antrópicos, es decir, causados por la mano del hombre. También existen los de origen tecnológico.
Recientemente, hemos visto inundaciones en países asiáticos, las lavas del volcán Cumbre Vieja, en La Palma de Gran Canaria, cuyas erupciones duraron casi tres meses y causaron desastres en miles de viviendas y la evacuación de unas mil personas.
También tenemos un terremoto en Taiwán, que causó sustos en ese país, y una nevada en Estados Unidos, que provocó la cancelación de miles de vuelos y de los servicios educativos.
Estos son algunos de los casos que han ocurrido recientemente en el mundo. Panamá no escapa a estos desastres y, de hecho, hemos sufrido terremotos, inundaciones, huracanes, ¿pero acaso debemos descuidarnos y permitir que nuestra población sufra los embates de estos?
Las consecuencias son terribles cada vez que suceden inundaciones, por ejemplo, pérdidas materiales y humanas. Los que habitan los sectores menos propensos a sufrir inundaciones, deslaves e incendios forestales deben agradecerle a Dios por mantenerlos a salvo. Pero, gracias a Dios, siempre han sido solidarios con aquellos que han sufrido pérdidas materiales y humanas.
Todavía estamos soportando las inclemencias de las lluvias, que no cesan de caer debido a los frentes fríos que aparecen a cada rato. Todos estos problemas naturales podrían ser ocasionados por el hombre que ha dejado de respetar el medio ambiente donde habita. Debemos ser conscientes de que nuestra responsabilidad con la Madre Tierra es acatar las leyes que se han promulgado para evitar el cambio climático. En nuestras manos está el futuro de la preservación de la vida en el planeta Tierra.