El aumento de tenencias alcanzó su mayor ritmo en 2016, pero ante la falta de progreso el banco central japonés viró su enfoque desde aumentar la oferta monetaria a centrarse en las tasas de interés y sus compras de bonos empezaron a bajar gradualmente.
La tenencia de bonos estatales japoneses del Banco de Japón (BoJ) disminuyó en 2021 por primera vez en 13 años a raíz de la gradual disminución del ritmo de compras masivas de activos en el marco de su agresiva política monetaria.
Las tenencias de deuda del BoJ ascendían a 521,12 billones de yenes (unos 4 billones de euros) a 30 de diciembre, última sesión bursátil del pasado año, lo que suponen 14,39 billones de yenes (109.520 millones de euros) menos que al cierre de 2020, según los datos del banco central nipón.
El BoJ mantiene una política de ultraflexibilización crediticia a través de compras ilimitadas de bonos públicos y la adquisición de fondos de inversión cotizados (ETF) con la meta de alcanzar su esquivo objetivo de situar la inflación en torno al 2 % y poner fin al ciclo deflacionario endémico de la tercera economía mundial.
Pero el ritmo de la tenencia de ETF se desaceleró notablemente en 2021, con un saldo pendiente de 36,35 billones de yenes (276.660 millones de euros), 1,04 billones de yenes (7.910 millones de euros) más que el año precedente, cuando el incremento fue de 7,05 billones de yenes (53.650 millones de euros).
La desaceleración se produce después de que el BoJ eliminara el pasado marzo su objetivo anual de compras de fondos cotizados para abordar el impacto colateral de su agresiva política, que algunos analistas critican como medidas que distorsionan el mercado.
Es la primera vez que la tenencia de deuda disminuye desde que Haruhiko Kuroda llegara a la gobernanza del BoJ y empezara a aplicar en 2013 su ambiciosa y heterodoxa batería de estímulos económicos, conocida como el “bazuca de Kuroda”.
Las medidas han deparado una devaluación del yen beneficiosa para los exportadores japoneses, han aupado la bolsa de Tokio y logrado reducir las tasas de interés a largo plazo, pero el incremento de precios se ha mantenido muy por debajo del objetivo.
El aumento de tenencias alcanzó su mayor ritmo en 2016, pero ante la falta de progreso el banco central japonés viró su enfoque desde aumentar la oferta monetaria a centrarse en las tasas de interés y sus compras de bonos empezaron a bajar gradualmente.
Los analistas privados ven en la disminución de tenencias de 2021 una “reducción de facto” del programa de compra de bonos, que creen que el BoJ estaría ajustando silenciosamente por el inminente riesgo financiero y con vistas a una normalización de su política.