“Esto es algo enorme. Estoy muy feliz de estar aquí”, declaró minutos después de abandonar el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, alzando un brazo, pero sin soltarle la mano a su esposa, la francesa Céline Lebrun.
“Esto es algo enorme. Estoy muy feliz de estar aquí”, declaró minutos después de abandonar el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, alzando un brazo, pero sin soltarle la mano a su esposa, la francesa Céline Lebrun, quien fue expulsada de Egipto cuando su marido fue arrestado.
“He pasado los últimos dos años y medio en prisiones, lugares de desapariciones forzosas, en algunos casos bajo tierra; en otros, aislado, y en otros, con un montón de gente, sometido a un trato especialmente inhumano”, contó.
Otro prisionero de conciencia egipcio fue liberado el sábado después de más de dos años de detención: Ramy Kamel, activista cristiano copto y defensor de los derechos humanos que se dio a conocer en la revuelta popular de 2011 que provocó la caída del entonces presidente Hosni Mubarak.
Kamel fue detenido el 23 de noviembre de 2019 bajo cargos de pertenecer a un grupo terrorista. “Ramy está entre los suyos… ¡es fiesta!”, escribió en Facebook su hermana, Bossi Kamel.
Ramy Shaath fue puesto en libertad el jueves por la noche tras más de 900 días de detención “arbitraria”, según su familia. Las autoridades egipcias lo entregaron luego a un representante de la Autoridad Palestina en el aeropuerto de El Cairo, donde tomó un avión rumbo a Amán. Aterrizó en Francia el sábado por la tarde.
– Renuncia a nacionalidad –
Ramy Shaath, de 48 años, coordinador en Egipto del movimiento Boicot, Desinversión, Sanciones (BDS, que aboga por el boicot de Israel en la lucha contra la ocupación de los Territorios Palestinos), estaba detenido desde julio de 2019 acusado de fomentar “disturbios contra el Estado”. Es hijo del dirigente político palestino Nabil Shaath.
Con todo, su familia lamentó que las autoridades egipcias lo “obligaran” a “renunciar a su ciudadanía egipcia como condición previa a su liberación”. “Nadie debería tener que elegir entre su libertad y su ciudadanía”, denunciaron sus familiares en un comunicado.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, aplaudió en Twitter “la decisión de las autoridades egipcias” y dio las “gracias a todos los que jugaron un papel positivo en este final feliz”.
En Egipto hay más de 60.000 presos de conciencia, según varias oenegés. Estados Unidos considera que el país viola los derechos humanos en todos los ámbitos y, por ello, congeló el 10% de su ayuda.
Once oenegés, entre ellas Amnistía Internacional, denunciaron que en Egipto todavía quedan “innumerables […] activistas pacíficos, defensores de los derechos humanos, abogados, profesores universitarios y periodistas detenidos únicamente por ejercer sus derechos a la libertad de expresión, de reunión pacífica y de asociación”.
Pidieron por ello una “acción internacional” contra el “balance catastrófico del gobierno egipcio en materia de derechos humanos”.
Otro defensor egipcio de los derechos humanos, el investigador Patrick Zaki, fue liberado en diciembre después de 22 meses de detención, aunque sigue expuesto a hasta cinco años de prisión por “información falsa” a raíz de un artículo en el que denunció la discriminación a los cristianos.