Los mártires del 9 de enero

Los mártires del 9 de enero
Monumento en honor a los mártires del 9 de enero de 1964, en la ciudad de Panamá. Foto, archivo.

Un grupo de estudiantes del Instituto Nacional solicitó permiso al rector para llevar la bandera panameña, de manera que pudiese ondear al lado de la bandera estadounidense, en la escuela de Balboa.

La gesta heroica llevada a cabo por la juventud estudiosa, no se compara con un cierre de calles, con personas con rostros cubiertos, amparados en el anonimato, como es muy común en estos tiempos.  Las fotos de la época muestran a los estudiantes con su uniforme, que, en el caso de los varones, incluía corbata con el nudo bien hecho, ajustado al cuello.

Un grupo de estudiantes del Instituto Nacional solicitó permiso al rector para llevar la bandera panameña, de manera que pudiese ondear al lado de la bandera estadounidense, en la escuela de Balboa, en virtud del derecho soberano reconocido por los presidentes Eisenhower y Kennedy.

Esos asuntos de política internacional eran tema de estudios en el sistema educativo panameño y la materia se llamaba Relaciones de Panamá con los Estados Unidos de América.

El propósito era buscar que se reconociese la soberanía de Panamá sobre todo su territorio, de acuerdo con los documentos y argumentos expresados por tratadistas de la talla de Ricardo J. Alfaro, Jorge Illueca, Víctor Florencio Goytía, Aquilino Boyd, Juan Antonio Tack y Diógenes de la Rosa, entre otros.

Cuando la policía y los zoneitas agreden a los institutores y rompen la bandera, el grupo se ve obligado a salir del área zoneita.

Llegan otros estudiantes, incluidos los de la Universidad de Panamá.  La agresión ahora es de parte del ejército.

Los estudiantes van hasta el Palacio de Las Garzas y llevan la bandera ultrajada.  Los recibe don Roberto F. Chiari, el presidente de la dignidad.

El presidente Chiari decide romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos.  El presidente Johnson le llama por teléfono para tratar de solucionar el malentendido y nuestro presidente le ratifica la posición adoptada.

El señor Miguel J. Moreno estaba en Venezuela y recibe un mensaje para que se presente ante el presidente en Panamá.  El mandatario le explica la situación y le pide que vaya a Washington para resolver el conflicto, de manera que se reconozca, públicamente, que el origen del problema radica en el Tratado a Perpetuidad y que acepten su revisión total.

El señor Moreno le advierte al señor Chiari que él es su adversario político, a lo que nuestro mandatario contesta.

“Por eso mismo te nombro, porque yo sé que lo que harás lo vas a hacer por el bien de la patria y no por el bien mío ni de mi partido”.

Todos esos hechos tuvieron repercusión a nivel nacional.  En Colón, ciudad terminal del canal.  En Penonomé, por su cercanía a la Base de Río Hato, que ellos mantenían bajo su control, más allá de finalizada la Segunda Guerra Mundial.

En David, la presencia norteamericana estaba representada por la Biblioteca del Servicio Informativo de los Estados Unidos, ubicada en el local donde hoy funciona la Panadería Castellana.

Esas instalaciones fueron objeto de la ira y frustración de los chiricanos.

Hubo dos actos que también buscaban el reconocimiento del derecho panameño sobre todo el territorio nacional.  Operación Soberanía que encabezó el doctor Carlos Arellano Lennox y la Operación Siembra de Banderas que fue organizada por el doctor Aquilino Boyd y el doctor Ernesto J. Castillero Pimentel.

Todos estos actos, que se iniciaron con la primera nota protesta de De Obaldía, no buscaban otra cosa que la validez de la soberanía de este pequeño país, a lo largo y ancho de su geografía, frente a la usurpación de hecho que efectuaba la mayor potencia del mundo.

Honor y gloria a todos los que ofrendaron su vida, en busca de tan alto ideal.

 

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