La minería moderna, su evolución, dinámica y la razón de ser del cierre de minas.
Aunque pocos lo sepan, antes, las personas se sacaban las muelas con los barberos, algo que sería impensable hoy en día, especialmente en Panamá, país en el cual se cuenta con excelentes profesionales con los equipos y tecnologías de punta en el mundo de la odontología.
De igual forma, antes, se construían las urbanizaciones y las descargas de los servicios higiénicos iban directamente a los ríos y quebradas contiguas y en consecuencia, a la bahía de Panamá. Existen los Estudios de Impacto Ambiental y los planes de manejo y adecuación de los mismos con la consecuente supervisión, inspecciones, auditorías (internas y externas), las sanciones correspondientes (lo vi en vivo y directo en Campo Lindbergh). Hoy esto, no se puede hacer, además que Panamá invierte centenares de millones en la llamada limpieza de la ciudad y la bahía de Panamá, que llegó a ser hasta hace poco, la letrina más grande de América.
Cruda y desagradable realidad, así también era la industria minera. Antaño, todos los residuos se descargaban en los cuerpos de agua, causando un daño terrible al entorno, ese era uno de los pecados originales de nuestra industria. A medida que la actividad, como todas las otras actividades económicas e industrias, se fue modernizando, en su evolución, apareció lo que conocemos como el cierre de minas y, más aún, el seguimiento al cierre y post cierre de minas.
Sí, ninguna empresa ni profesional de la minería, podría hoy, abandonar la zona de un proyecto sin ejecutar el planificado cierre de minas, el cual consiste en ir paulatina y progresivamente mitigando los impactos que se hayan ocasionado y realizando los trabajos de recuperación y rehabilitación de las mencionadas zonas de cada concesión.
Panamá no escapa a ejemplos negativos del pasado, ya que hubo dos proyectos que fueron abandonados a su suerte, el primero de ellos en Cañazas, el cual fue obtenido por una nueva empresa que responsablemente ha realizado todo lo pertinente en materia ambiental y social para volver a poner en producción ese yacimiento y el otro, por el cual el responsable ha sido sometido a la justicia y a buen recaudo.
El principal proyecto minero que tiene Panamá y uno de los más importantes en el mundo en entrar en explotación hace menos de tres años, ha demostrado contundentemente que los planes de cierre y seguimiento sí se cumplen, la reforestación, habla por sí sola, convirtiendo a la empresa responsable en el más grande reforestador de Panamá, contando con los viveros, infraestructura, tecnología y recursos asignados que garantizan la continuidad de esta actividad.
A medida que van quedando atrás las zonas y frentes de producción, se realizan de manera científica y sostenible los trabajos de recuperación para garantizar que nada quede como los peladeros que hemos visto en las películas de los Hattfield vs los Mckoy. Esas imágenes sombrías y desérticas no tienen cabida en la industria minera panameña.
En otros artículos hemos explicado como los propios tajos abiertos para la extracción del mineral, se convertirán en cuerpos de agua con fines turísticos, agropecuarios y de interés científico, dando continuidad a la existencia de trabajo perdurable. La dinámica de la industria minera, garantiza que los nuevos descubrimientos y aportes científico-tecnológicos, se van aplicando, siempre en aras de mejorar lo que ya se ha conseguido.
Recordemos que los compromisos de la minería moderna abarcan el contexto económico, social, ambiental y científico, por lo cual, los panameños, ya insertados en el concierto de las naciones mineras responsables, avanzamos en la dirección correcta. Poco a poco la comunidad comprende, estudia y analiza para sacar sus propias conclusiones, lejos de los clichés repetidos con insistencia y sin base científica alguna sobre temas que no manejan.
Los análisis y monitoreos permanentes de aguas de ríos y quebradas, así como del suelo y subsuelo, calidad del aire, niveles de ruido y otros, demuestran con certeza numérica, que las cosas se pueden hacer bien y se seguirán haciendo bien.
Todo en la industria minera es medible, es verificable y es comparable con los estándares más exigentes del primer mundo, por eso, la inversión más grande del país, lo demuestra.