La Unión Europea (UE) desvelará el martes un plan que permitirá invertir 48.000 millones de dólares en la industria de los semiconductores de aquí a 2030 con el fin de duplicar su cuota de mercado en un sector estratégico que sufre carencias.
“Es un momento extremadamente importante para Europa porque por primera vez están cambiando las normas de la política de competencia, en particular las ayudas estatales”, dijo el viernes a los periodistas el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, que dirige el proyecto.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, marcó como objetivo duplicar la cuota de mercado del bloque en semiconductores hasta alcanzar el 20% de la producción mundial a finales de la década, para reducir la dependencia de Asia.
Esto supone cuadruplicar la producción en territorio europeo y para ello, el Ejecutivo europeo validará el martes una inversión pública masiva.
El proyecto de reglamento, que aún debe ser aprobado por los países miembros y el Parlamento Europeo, refleja la nueva voluntad de una política industrial intervencionista en un continente muy abierto a la competencia.
La UE prevé casi 14.000 millones de dólares de subvenciones (casi 7.000 millones de la UE y 7 de los Estados miembros) para financiar la investigación sobre los microchips más innovadores y las maneras de preparar su industrialización.
Para permitir la implantación de fábricas muy grandes, pero también para fomentar la innovación en empresas más pequeñas, la UE autorizará 34.000 millones de dólares de ayudas públicas de los Estados miembros a los industriales del sector, incluidos grupos extranjeros, como el estadounidense Intel, que tiene previsto invertir en Europa.
La Comisión espera que estos fondos atraigan mayores inversiones privadas.
“La UE se dotará de los medios necesarios para garantizar su seguridad de abastecimiento, como hace, por ejemplo, Estados Unidos”, incluyendo posibles restricciones a la exportación en caso de crisis, dijo Thierry Breton.
“Europa sigue siendo un continente abierto, pero en sus propios términos”, resumió, refiriéndose a un “cambio de paradigma”.
Desde hace casi tres años, hay escasez en el suministro de semiconductores, esenciales para objetos cotidianos como los coches o los teléfonos móviles.
Recientemente, muchas fábricas de la UE han visto bloqueadas su actividad al depender cada vez más de las importaciones.