Retaliación de la naturaleza

Retaliación de la naturaleza
Durante la época lluviosa, especialmente, en Panamá se producen inundaciones por diferentes motivos, muchos ocasionados por los propios habitantes. Foto, Sinaproc. (El autor es periodista, profesor de Español y magíster en Educación).

Un ejemplo son los destrozos causados últimamente en Persépolis, Brasil, donde más de 100 personas perdieron la vida por las inundaciones y deslaves que causaron pérdidas de viviendas, automóviles y otros bienes.

Lugares del mundo donde nunca habían ocurrido desastres han comenzado a sentir los embates de la naturaleza producidos por los cambios climáticos causados por el hombre en detrimento de sus propios semejantes.

No se pueden advertir muchas de estas calamidades, sobre todo cuando se trata de inundaciones y deslaves por intensos aguaceros que destruyen viviendas ubicadas en las laderas de las montañas o los cerros. Las calamidades no avisan cuándo ocurrirán, por lo que las autoridades de protección civil deben identificar cuáles son los sitios propensos a desastres para que las personas puedan, al menos, salvar sus vidas.

Un ejemplo son los destrozos causados últimamente en Persépolis, Brasil, donde más de 100 personas perdieron la vida por las inundaciones y deslaves que causaron pérdidas de viviendas, automóviles y otros bienes.

Según uno de los afectados, a ellos nunca se les advirtió de riesgo alguno de habitar en ese lugar, donde no ha ocurrido nada en los últimos 90 años, según las autoridades.

Imagínense, en todo ese tiempo nacieron, vivieron y murieron muchas personas naturalmente. Y ahora, en solo 24 horas, se les vino el mundo abajo. Todavía resulta inverosímil que ocurran estas calamidades que la mayoría de las veces solo les toca a las poblaciones más necesitadas de casi todos los países.

“Los pobres son relegados, siempre son los últimos en enterarse, y apenas cuando las cosas suceden. Yo creo que en este tema de los cerros, de las favelas, ciertamente la culpa la tienen las autoridades, sí. La tragedia es un fenómeno natural, pero las autoridades ciertamente tienen la culpa”, denuncia el afectado.

Quizás solo cuando en los lugares donde se supone que nunca ocurrirán desastres empiecen a sufrir las desgracias de la naturaleza, entonces las autoridades pondrán verdadera atención en las responsabilidades que les atañen.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *