La actividad frenética en los suburbios de Phoenix es una de las señales más visibles de una recuperación en el ámbito nacional de los inmuebles comerciales para oficinas impulsada por la industria tecnológica.
TEMPE, Arizona — Al principio de la pandemia, cuando cerraron las tiendas a lo largo de la avenida Mill en el centro de Tempe y a los estudiantes de la cercana Universidad Estatal de Arizona se les pidió que fueran a casa, el rugido de las construcciones continuó escuchándose. Ahora, relucientes ante la luz del sol y llenos de comodidades, enormes edificios de oficinas de vidrio han brotado por toda el área metropolitana de Phoenix.
Los habitantes de Arizona tendrán nuevos vecinos pronto, entre ellos, algunas de las compañías más grandes de la industria tecnológica.
DoorDash, la compañía de entrega de alimentos, se mudó a un nuevo edificio en el borde de un reservorio de Tempe en el verano de 2020. Robinhood, la plataforma de transacciones financieras, alquiló un piso en una oficina cercana. Una mañana de febrero, trabajadores de la construcción dieron los toques finales a un edificio de oficinas de 17 pisos en Tempe que se espera que agregue 550 empleados de Amazon a los 5000 ya existentes en el área.
La actividad frenética en los suburbios de Phoenix es una de las señales más visibles de una recuperación en el ámbito nacional de los inmuebles comerciales para oficinas impulsada por la industria tecnológica, que ha disfrutado un crecimiento desmedido y ganancias en ascenso conforme la pandemia ha obligado a más personas a hacer compras, trabajar y socializar en línea.
Las grandes compañías tecnológicas como Meta y Google estuvieron entre las primeras en permitir que algunos empleados trabajaran desde casa de manera permanente, pero al mismo tiempo han gastado miles de millones de dólares en la expansión de sus espacios de oficina. Duplicar el espacio de oficina podría parecer ilógico para los muchos empleados tecnológicos que siguen trabajando desde casa.
En enero, el 48 por ciento de las personas que laboran en los campos de la informática y la matemática, así como el 35 por ciento de aquellas que se desempeñan en la arquitectura o la ingeniería afirmaron que habían trabajado desde casa en algún momento debido a la pandemia, según la Oficina de Estadísticas Laborales.
No obstante, compañías, analistas de bienes raíces y expertos en el lugar de trabajo aseguraron que varios factores impulsaban la tendencia, incluyendo un auge de contrataciones, una competencia para atraer y retener a los mejores talentos, así como una sensación de que las oficinas desempeñarán un papel clave en el futuro del trabajo. En los últimos tres trimestres de 2021, la industria tecnológica rentó un 76 por ciento más espacio de oficina de lo que alquiló el año previo, según la compañía de bienes raíces CBRE.
“Creo que muchas más compañías están diciendo: ‘Vas a volver al trabajo’, no es un ‘si’, es un ‘cuando’”, comentó Victor Coleman, director ejecutivo de Hudson Pacific Properties, un grupo de inversión inmobiliaria. “La realidad es que la mayoría de las empresas en la actualidad están trabajando desde casa, pero quieren y planean regresar a la oficina”.
Google mencionó a principios del año pasado que invertiría 7000 millones de dólares en oficinas nuevas y ampliadas, y en centros de datos en todo Estados Unidos en 2021, incluyendo 2100 millones de dólares para comprar un edificio de oficinas en Manhattan junto al río Hudson y crecer en Atlanta; Silicon Valley; Boulder, Colorado; Durham, Carolina del Norte, y Pittsburgh. Google también indicó en enero que gastaría 1000 millones de dólares en un edificio corporativo en Londres.
Las oficinas “siguen siendo un apoyo importante para nuestra estrategia híbrida de trabajo en el futuro”, expresó Google mediante un comunicado.
Durante la pandemia, Microsoft se ha expandido en Houston; Miami; Atlanta; Nueva York; Arlington, Virginia, y Hillsboro, Oregón. La compañía estaba creciendo para dar lugar a los muchos nuevos empleados que ha contratado durante los últimos dos años, aseguró Jared Spataro, vicepresidente de trabajo moderno de Microsoft.
“Creo que la pandemia ha cambiado la percepción de la gente de lo que es posible en términos de distribución geográfica”, opinó Spataro.
En abril, Apple dio a conocer que construiría un campus cerca de Raleigh, Carolina del Norte, y ha agregado espacio en San Diego y Silicon Valley. La compañía, que ha enfrentado resistencia por parte de sus empleados acerca de su plan para que la mayoría de los trabajadores regresen a las oficinas la mayor parte de la semana, se refirió a su comunicado de abril sobre la expansión, pero declinó hacer más comentarios.
La búsqueda de terrenos por parte de la industria ha sido tan extensa que ha atravesado centros tecnológicos de larga data como Silicon Valley y ha incursionado en áreas que no son conocidas como sedes del sector tecnológico.
Tal es el caso de Phoenix, donde la actividad de alquiler por parte de empresas tecnológicas creció más del 300 por ciento entre mediados de 2020 y mediados de 2021. Las nuevas rentas, subarrendamientos y renovaciones en el área sumaron un total de casi 93.000 metros cuadrados entre abril y septiembre del año pasado, un aumento en comparación con poco más de 24.000 metros cuadrados el año previo según CBRE.
Otras ubicaciones que, por lo general, no se asocian con la industria tecnológica también experimentaron crecimiento. En Vancouver, Columbia Británica, Canadá, el crecimiento de la actividad de alquiler de parte de la industria tecnológica se duplicó a mediados de 2021, de casi 25.000 metros cuadrados a más de 52.000; como ocurrió en Charlotte, Carolina del Norte, de casi 6600 metros cuadrados a más de 13.000.
Amazon ha sido una de las más prolíficas en expansión, pues anunció en 2020 que incrementaría su fuerza de trabajo de oficina en seis ciudades. En Phoenix, su logotipo está por todas partes y ocupará cinco pisos en el nuevo edificio de oficinas que se espera sea terminado este año en Tempe.
Holly Sullivan, la vicepresidenta de desarrollo económico de Amazon, dijo que hacer crecer sus centros de operaciones regionales le permitía a la compañía “ampliar y diversificar sus fuentes de candidatos, proveer una mayor flexibilidad a los empleados actuales y futuros, así como crear más empleos y oportunidades económicas en todo el país”.
En Tempe, el espacio de cotrabajo de dos pisos de WeWork en Watermark, uno de los espacios de oficina más importantes, tenía mucha actividad una tarde reciente. Arriba, Amazon rentó el piso entero.
Abajo, en medio de plantas frondosas e iluminación colorida, empleados de empresas emergentes tecnológicas tecleaban en varias MacBook y dibujaban en pizarras blancas. Muchos comentaron que el espacio se había vuelto más concurrido en los últimos meses y que más compañías rentaban las pequeñas oficinas dentro de WeWork.
Sam Jones, cofundador de una empresa emergente de tokens no fungibles, Honey Haus, señaló que su compañía había rentado un espacio para cuatro personas dentro de WeWork por 1850 dólares al mes desde octubre.
“Es solo que soy mucho menos productivo en casa”, confesó Jones. “Creo que la gente definitivamente se está dando cuenta de que el espacio físico tiene algo especial”.