Precios exagerados

Precios exagerados
Los jubilados pertenecen a uno de los grupos más afectados, quienes tienen que invertir parte de sus pensiones en medicamentos que la Caja de Seguro Social no les proporciona. Foto, En Segundos. (El autor es periodista, profesor de Español y magíster en Educación).

Las autoridades deben esforzarse en procurar negociaciones más contundentes con las farmacéuticas para lograr mejores precios. Se espera, entonces, que sean mejores días para los asegurados y todos los demás.

Los exagerados precios que los panameños pagan por los medicamentos en el país tendrán su fin cuando se unifiquen varios proyectos de ley y se apruebe en la Asamblea Nacional, dentro de poco, una sola legislación para lograr ese propósito en bienestar de los miles de asegurados y enfermos que claman justicia.

Será una realidad dentro de poco y se espera que ponga fin a la política inmisericorde de los que comercializan con la vida de los panameños, sobre todo, de los jubilados que tienen que invertir parte de sus pensiones en medicamentos que la Caja de Seguro Social no les proporciona.

En Panamá, los hipertensos y los diabéticos tipo1 y tipo 2 y otros, son enfermos que no reciben la atención adecuada de parte del Seguro Social. Todos los días se ven noticias en los medios de comunicación de asegurados que claman por la falta de medicamentos y, al parecer, a la institución no le importa si los consiguen o no.

Realmente, es inconcebible la política del Seguro Social con los cuota habientes.  No se nota el menor esfuerzo por acabar con el problema de la falta de medicamentos y otros servicios a favor de estos.

Nadie está pidiendo que los farmacéuticos dejen de ganar lo que se merecen, pero se trata de que no sean tan extremados. Sin embargo, la batalla no será muy fácil, porque se ha venido diciendo desde hace años que Panamá es consumidor y no productor de medicamentos, una excusa banal que emplean para continuar explotando a los necesitados. Por esa razón, alegan que las casas farmacéuticas les venden más caro a los distribuidores nacionales, y a otros países cercanos les ofrecen precios más bajos

¿Será cierto que los fabricantes venden los medicamentos según los países? Esto pareciera un complot internacional contra el bienestar de las poblaciones. ¿Por qué las organizaciones de derechos humanos en el mundo permiten estos abusos? Los países deberían juntarse para exigirles a las farmacéuticas una política más humana con los millones de pacientes a los cuales les venden sus medicamentos, y que algunos no pueden pagar. Entonces, las autoridades deben esforzarse en procurar negociaciones más contundentes con las farmacéuticas para lograr mejores precios. Se espera, entonces, que sean mejores días para los asegurados y todos los demás.

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