Las constantes manifestaciones contra la guerra que los ciudadanos realizan en 23 ciudades de Rusia, señalan que el “lavado de cerebros” no ha sido efectivo, sobre todo entre la juventud, aunque algunos de más de 60 años todavía creen en las mentiras de Putin.
Los planes propagandísticos de Putin de mantener en el oscurantismo a la población rusa (una práctica que consiste en oponerse a que ciertas verdades sean dadas a conocer) sobre “la operación militar especial” (invasión y muerte en Ucrania) parecen no estar dando frutos positivos.
Las constantes manifestaciones contra la guerra que los ciudadanos rusos realizan en 23 ciudades de ese país señalan que el “lavado de cerebros” no ha sido efectivo, sobre todo entre la juventud, aunque hay algunos de más de 60 años que todavía creen en las mentiras de Putin.
Más de cinco mil personas han sido arrestadas o multadas por las autoridades rusas, muchas de las cuales manifiestan su apoyo a los invasores pintándose una “Z” en sus cascos.
De acuerdo con informaciones de muchas agencias, algunos ciudadanos rusos que viven en Ucrania alegan que sus padres no les creen cuando ellos les dicen que Rusia está bombardeando a ese país. Es difícil la situación, puesto que Putin ha ordenado encarcelar a todos los que difundan noticias contrarias o falsas a las oficiales divulgadas por el Gobierno.
Putin, no ceja en sus desvaríos por alcanzar la majestuosidad de sus ambiciones en el siglo XXI como el nuevo Hitler. Parafraseando al historiador Florian Altenhöner, el nuevo zar quiere dar la impresión de que actúa moralmente bien y que su ofensiva se debe justificar como una guerra defensiva.
Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, como decía el nazi Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler. ¿Será esta la misma técnica que está utilizando Putin? No cabe la menor duda. No solo quiere anexarse a sus exrepúblicas soviéticas, sino que engaña al pueblo ruso con mentiras, como lo hizo su mentor Hitler.
Es seguro que Putin tiene absoluto control y manipulación de la prensa, la radio, el cine y el teatro al estilo Hitler, pero, como en la Segunda Guerra Mundial, sus embustes no le servirán de mucho frente a su propio pueblo, que no cree en sus intenciones de estar realizando una “operación militar especial”, en la cual, según él, no matará a los civiles desarmados, y ya son miles de cadáveres ucranianos que se contabilizan.