Los eventos cerebrovasculares causan el doble de muertes en mujeres, versus cáncer de mama

Los eventos cerebrovasculares causan el doble de muertes en mujeres,  versus cáncer de mama
Algunos factores que pueden provocar el riesgo en mujeres son el consumo de más de una bebida alcohólica al día, el tabaquismo, así como la combinación del uso de anticonceptivos hormonales con el fumado, más que todo en las mayores de 35 años. Foto, Pfizer.

El riesgo de padecer este tipo de enfermedad incrementa un 10% cada año en la población femenina.  Combinar anticonceptivos hormonales con el tabaquismo, colesterol alto e hipertensión y ser de raza negra son algunos factores de riesgo.

Si bien los eventos cerebrovasculares (ECV) son más comunes en los hombres, la realidad es que las mujeres suelen desarrollarlos a una edad más avanzada y es por ello que son más vulnerables a fallecer por esta causa. Específicamente, los ECV generan cerca del doble de muertes en mujeres en comparación con el cáncer de mama e inclusive, se les considera la tercera causa de fallecimientos en general, entre esta población.

Existen dos tipos de eventos cerebrovasculares que pueden provocar que las células del cerebro mueran. El más común es el isquémico, que sucede cuando una arteria se obstruye por una placa (ateroesclerosis) o un coágulo de sangre. El otro es el hemorrágico, el cual surge cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe y la sangre se acumula dentro de dicho órgano.

“Se espera que la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares, incluyendo los eventos cerebrovasculares, incremente en los próximos años debido al envejecimiento de la población y al aumento de otros padecimientos que ponen en riesgo a las personas, como lo son la obesidad y la diabetes tipo 2. Por eso, desde Pfizer, instamos a toda la población, tanto mujeres como hombres, a conocer si tienen algún factor que pueda influir en el desarrollo de un ECV y estar alertas ante cualquier problema a nivel del habla, equilibrio, visión, movimiento y hasta memoria. Un diagnóstico temprano puede hacer la diferencia entre la vida, las complicaciones adicionales o la muerte”, comentó el doctor Carlos Cano, gerente médico de Pfizer Centroamérica y Caribe.

Efectos de un ECV

La manera en la que afecte el evento cerebrovascular a la persona dependerá de su clasificación, el área del cerebro donde surgió y la gravedad de la lesión.

Aquellos que suceden en el hemisferio derecho del cerebro pueden generar problemas para mover el lado izquierdo del cuerpo, para calcular distancias, así como un deterioro del juicio, pérdida de memoria a corto plazo y dificultades para realizar actividades.

Por su parte, los ECV que se dan en el hemisferio izquierdo pueden ocasionar problemas de movimiento en el hemisferio derecho, en el habla, así como de memoria, comportamientos lentos y dificultades para aprender cosas nuevas. Si el evento cerebrovascular surge en el cerebelo, pueden darse problemas de equilibrio, visión borrosa o doble, mareos, náuseas y hasta vómito. En el tronco encefálico, se puede desarrollar una parálisis.

¿Cómo sabe una mujer si tiene riesgo de padecer un ECV?

Si bien las señales de un evento cerebrovascular pueden surgir lenta o inesperadamente, las afecciones que conducen a su desarrollo ya llevan varios años presentes en el cuerpo de la persona.  Específicamente, algunos factores que pueden provocar el riesgo en mujeres son el consumo de más de una bebida alcohólica al día, el tabaquismo –que incrementa de dos a cuatro veces el riesgo-, así como la combinación del uso de anticonceptivos hormonales con el fumado, más que todo en las mayores de 35 años.

Asimismo, el colesterol alto y la hipertensión son dos factores importantes a los que las mujeres no suelen prestarles tanta atención y suele ser debido a que este tipo de padecimientos no genera síntomas; sin embargo, son otras dos causantes importantes de un ECV, así como el estrés a largo plazo, que puede elevar la presión sanguínea.

 Como en otras enfermedades, los eventos cerebrovasculares también pueden ocurrir por factores no controlables en las mujeres, tal es el caso de la edad y la menopausia, ya que a medida que estas envejecen el riesgo de un ECV incrementa un 10% cada año.

Al respecto, el doctor Cano acotó: “Las mujeres suelen producir la hormona conocida como estrógeno, la cual mantiene los vasos sanguíneos abiertos y ayuda a tener un balance entre el colesterol bueno y malo. Una vez que se llega a la menopausia, la mujer pierde el estrógeno y el colesterol puede acumularse en las paredes de las arterias, lo que puede provocar una obstrucción de las mismas y, por ende, un evento cerebrovascular”.

Las mujeres de raza negra y las no hispanas tienen mayores probabilidades de padecer y morir debido a un ECV. El riesgo también incrementa cuando existen antecedentes familiares y personales, tal es el caso de que la madre sufriera la enfermedad. Finalmente, los dolores de cabeza por migraña con aura -síntomas que se presentan poco tiempo antes de que comience la migraña, por ejemplo, náuseas- son una causal, más que todo en las mujeres menores de 55 años, fumadoras y que usan píldoras anticonceptivas.

Diagnóstico y tratamiento oportuno: la diferencia en el manejo de los ECV

Un evento cerebrovascular necesita ser atendido de inmediato. Por eso, lo más recomendable es que si la persona detecta algún síntoma sumado a la presencia de factores de riesgo, acuda al médico lo más rápido posible. “Entre más tiempo pase el paciente sin recibir un tratamiento, más probabilidades de sufrir un daño en el cerebro o quedar con alguna discapacidad. Por eso, el tratamiento siempre es fundamental y dependerá del tipo de eventos cerebrovascular que la persona haya tenido”, continuó el doctor Carlos Cano.

Este tipo de enfermedad cardiovascular puede recibir un tratamiento de emergencia; es decir, que se trata mientras está ocurriendo (por ejemplo, con cirugía para detener los sangrados), mediante rehabilitación para superar las discapacidades sufridas y a través de consejos preventivos, para evitar un primer sangrado o que suceda otro.

Algunos consejos de prevención incluyen mantener la presión arterial en los valores normales y evitar que esté alta, modificar la alimentación hacia una más saludable y practicar actividad física regularmente, controlar la diabetes, dejar de fumar, manejar el estrés y evitar tratamientos hormonales restitutivos, entre otros.

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