Un 90 % de los países aún informan interrupciones en los servicios de salud esenciales debido a la emergencia sanitaria, según datos del PNUD.
Pese a que muchos indicadores de salud se estaban moviendo en la dirección correcta, dos años de pandemia y el lento retorno hacia la normalidad ponen en riesgo el cumplimiento del capítulo de salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el 2030.
Por eso, en el marco de la celebración del Día Mundial de la Salud este 7 de abril, la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma), hace un llamado a que las autoridades evalúen la eficiencia de sus planes y acciones en beneficio de la salud pública.
“Antes de la pandemia, mundialmente se dieron grandes avances como aumentos en la esperanza de vida, reducción de la mortalidad infantil y materna, etc. Sin embargo, se necesitan más esfuerzos para erradicar por completo una gran variedad de enfermedades y abordar los problemas de salud, tanto constantes como emergentes. Se requiere una mayor inversión en salud que mejore el acceso de los pacientes a terapias innovadoras. Solo así podremos alcanzar el Objetivo 3 de los ODS: Garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades”, destacó Victoria Brenes, directora ejecutiva de Fedefarma.
Un 90 % de los países aún informan interrupciones en los servicios de salud esenciales debido a la pandemia, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Además, estimaciones del Banco Mundial sobre los impactos de la pandemia de COVID-19, indican que la nutrición inadecuada y las interrupciones en los servicios de salud esenciales están aumentando drásticamente las muertes maternas e infantiles, en 39 % y 45 % respectivamente, en los países más pobres.
Para Fedefarma, es necesaria una profunda reflexión no solo sobre cómo asegurar más fondos para la salud pública, sino también sobre cómo administrar estos recursos más eficientemente.
De acuerdo con el último Reporte de Indicadores Básicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), casi todos los países de América invierten en salud pública menos del 6% del PIB, mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el caso de Centroamérica la inversión es de sólo un 3,8%, siendo Costa Rica el país con el porcentaje más alto (5,6%), seguido de Panamá (4,8%); República Dominicana (2,8%) y el país con el menor índice de inversión es Guatemala, con sólo un 2,2%.
Mucho trabajo por delante
En la actualidad, los males crónicos no transmitibles como la hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia renal y cardiaca congestiva, y enfermedades cardiovasculares en general continúan siendo un reto. Así también los padecimientos oncológicos y las enfermedades raras o huérfanas, como la Hemofilia, Esclerosis Múltiple o Hipertensión Pulmonar, requieren de un análisis de costo – efectividad de parte de los sistemas de salud.
“La industria farmacéutica ha volcado sus esfuerzos en procesos de investigación y desarrollo de innovaciones que permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, en la actualidad se ha dado especial énfasis a la terapia génica, la inmunoterapia, la terapia personalizada y dirigida, los anticuerpos monoclonales, entre muchos otros”, resaltó la directora ejecutiva de Fedefarma.
Los 8 principales retos en materia de salud de la región
- La sostenibilidad de los sistemas de salud (económica).
- El acceso a los servicios de salud en poblaciones vulnerables.
- La falta de profesionales de salud especializados (cantidad de médicos por cada 1000 habitantes).
- El acceso oportuno a terapias innovadoras.
- La falta de actualización de listados oficiales de medicamentos en el sector público.
- Pasar del concepto de precio a valor en la adquisición pública de medicamentos
- Evolucionar de los listados de medicamentos básicos a planes de beneficios más completos
- La importancia de adoptar sistemas de negociación como los Acuerdos de Compra o Entrada Gestionados y contar con sistemas regulatorios robustos.