En los límites del Parque Nacional Soberanía de Panamá, diminutos murciélagos frugívoros conquistan el lugar de descanso de murciélagos carnívoros más grandes.
¿Alguna vez ha visto a un chihuahua ladrando a un pastor alemán? ¿O un par de pájaros cantores hostigando a un águila? El acoso ocurre en el mundo animal y, sorprendentemente, los pequeños acosadores a veces se salen con la suya.
Investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) que observaban grabaciones de video de refugios de murciélagos cerca del Parque Nacional Soberanía de Panamá vieron a pequeños murciélagos frugívoros desalojar a murciélagos carnívoros más grandes, depredadores que se sabe que consumen a los murciélagos pequeños.
“Durante el apogeo de la pandemia, no pudimos trabajar en el laboratorio o en las jaulas de vuelo”, comentó Rachel Page, científica de STRI, “pero nuestras cámaras en el bosque registraron comportamientos de murciélagos a veces muy sorprendentes. Vimos pequeños murciélagos frugívoros atacar y desplazar a murciélagos carnívoros que pesan el doble que ellos”.
El murciélago frutero común, Carollia perspicillata, pesa tanto como una fresa. Mientras que el murciélago de labios con flecos, Trachops cirrhosus, pesa tanto como un albaricoque. Ambas especies de murciélagos son comunes en los trópicos americanos. Los murciélagos más pequeños comen principalmente frutas, mientras que los murciélagos de labios con flecos comen una amplia variedad de presas, desde ranas hasta insectos y especies más pequeñas de murciélagos.
Según el equipo, que nunca había visto este fenómeno, un murciélago frugívoro diminuto y enérgico pudo expulsar a los murciélagos más grandes del nido interrumpiéndolos: “vocalizando intensamente, batiendo rápidamente sus alas, golpeando las caras de los otros murciélagos con sus alas y arrojando su cuerpo ellos”, una lección de la naturaleza que puede ser relevante para nuestras propias crisis geopolíticas.
“Después de ver cientos de horas de video, tenemos una perspectiva completamente nueva de sus vidas”, comentó Gregg Cohen, gerente del laboratorio de murciélagos de STRI, quien fue el primero en notar el comportamiento. Mientras analizaba el video, Mariana Muñoz-Romo, becaria postdoctoral de STRI que organizó estas observaciones de campo con Cohen y Page, reconoció la suerte que tuvo el equipo de haber capturado este comportamiento nunca observado.
“Cuando Gregg me comentó que había visto a un pequeño murciélago Carollia macho desplazando a los individuos Trachops en el refugio, quedé inmediatamente fascinada. Al analizar el video, nos dimos cuenta de que esta grabación es una joya, nos enseña algo nuevo sobre la vida social de estos fascinantes mamíferos y cómo se da la agresión entre especies en la naturaleza”, comentó Muñoz-Romo.
Ambas especies de murciélagos duermen en agujeros de árboles, cuevas y tuberías de drenaje de alcantarillas. Los investigadores construyeron una serie de refugios altos, rectangulares y de hormigón, imitando los huecos que se encuentran en los troncos de los árboles, y estos refugios fueron rápidamente colonizados por varias especies de murciélagos. Los refugios estaban equipados con cámaras de video infrarrojo y micrófonos ultrasónicos y, a partir de junio de 2020, registraron casi 300 horas de la vida privada de los murciélagos. El 19 de junio, registraron el primero de muchos comportamientos de refugio de murciélagos, previamente desconocidos.
Dos murciélagos fruteros común se enfrentaron con cuatro murciélagos adultos y dos juveniles de labios con flecos. El encuentro inició con el murciélago frutero macho vocalizando agresivamente hacia los murciélagos de labios con flecos, seguido de un rápido movimiento de alas, golpeando y luego arrojándose al grupo. El murciélago macho de labios con flecos defendía a sus compañeros vocalizando, mostrando sus alas e intentando morder al agresor. Después de que el murciélago de labios con flecos macho logró morder el ala del murciélago frutero, el murciélago frutero se abalanzó sobre los murciélagos más grandes y golpeó la cara del macho mucho más grande con sus alas.
Después de unos cuatro minutos de abuso, el murciélago macho de labios con flecos abandonó la escena y la mayoría de los murciélagos de su grupo le siguieron. Una hembra solitaria de murciélago de labios con flecos continuó resistiendo, intentando morder a su agresor. Finalmente, después de más de seis minutos, cedió el lugar al macho frutero que comenzó a acicalarse y luego se le unió su compañera.
Más adelante en el año, el equipo vio este conflicto entre especies dos veces más, con el mismo resultado y estaban intrigados por el motivo de la interacción. Las dos especies de murciélagos a menudo comparten la misma área de descanso general. La pareja de frutero común podría haber usado las otras tres esquinas de este refugio o varios otros refugios experimentales cercanos. ¿Por qué los murciélagos fruteros común expulsaron a los murciélagos de labios con flecos? ¿Era este rincón especialmente cómodo? ¿Tenía un microclima particular que les gusta a los murciélagos? ¿Era esta una forma de advertir a las especies de murciélagos más grandes que no se metieran con ellos dentro de un refugio compartido?
“Descubrir comportamientos desconocidos como este nos da la sensación de que sabemos muy poco sobre el comportamiento social de los murciélagos”, comentó Muñoz-Romo. “Todavía nos espera mucho trabajo a medida que comenzamos a comprender la fascinante vida privada de los murciélagos. A pesar del arduo trabajo de ver cientos de horas de grabaciones, dedicarme a esta tarea es simplemente cautivadora.”
El estudio fue apoyado por el Fondo FaB 5 y por una subvención de National Geographic Explorer a Mariana Muñoz-Romo.
Referencia: Muñoz-Romo, M, Cohen, G, and Page, R.A. 2022. Place your bets: small prey faces large predators. Behavior. Doi: 10.1163/1568539X-bja10157