La guerra en Ucrania plantea importantes desafíos económicos a los países europeos, enfrentados a la urgencia de garantizar su seguridad energética y gestionar la crisis de los refugiados ucranianos, afirmó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe regional publicado este viernes.
La ofensiva lanzada hace dos meses por Rusia ha frenado el crecimiento de Europa, cuyo PIB podría incrementarse solo en 1,6% este año, en vez del 3,8% previsto en enero.
“La guerra nos recuerda que Europa debe hacer más para mejorar la seguridad energética, en particular desarrollando fuentes renovables y mejorando la eficiencia energética”, resumió en un blog Alfred Kammer, director del FMI a cargo de Europa.
Los economistas del Fondo recomiendan que los países europeos se preparen ahora para la próxima temporada de invierno diversificando sus suministros energéticos y desarrollando fuentes alternativas.
“Algunos países ya han comenzado a implementar medidas de seguridad energética, incluida la búsqueda de proveedores alternativos (Bulgaria, Alemania, Italia) y la postergación de la eliminación de centrales nucleares o de generación eléctrica a partir del carbón (Bélgica, Italia)”, señala el FMI, que esta semana realizó sus reuniones de la primavera boreal.
La institución multilateral reclama sin embargo “intensificar” las medidas para desarrollar fuentes de energía renovable y mejorar la eficiencia energética como parte de la transición hacia la energía verde.
Sus economistas reconocen que recortar las importaciones de gas ruso es un dolor de cabeza y puede tener “repercusiones graves en la actividad durante la segunda mitad de 2022 y la primera mitad de 2023”.
Es probable, dicen, que Europa encuentre soluciones alternativas que compensen solo entre el 60 y el 70% de las importaciones provenientes de Rusia.
El otro gran tema de esta guerra es “la gestión de la crisis de los refugiados, cuyas ramificaciones aún son inciertas”, observa el FMI.
Una vez que termine el enfrentamiento bélico, Europa debe trabajar colectivamente para reconstruir Ucrania y alentar a los refugiados a regresar a su país, evitando así una carga presupuestaria a largo plazo.
Unos 5 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, huyeron de Ucrania desde el comienzo de la guerra, el 24 de febrero.