“No bajar la guardia”, como se dice todos los días en Panamá, es la solución más eficaz para acabar con la pandemia que no quiere abandonar el planeta Tierra. La lucha es frontal y con todas las armas posibles.
Los países, especialmente los que siguen sufriendo más contagios por el Covid-19, no tienen otra salida que mantener las decisiones de bioseguridad, pues la pandemia no ha cesado y no lo hará sino quién sabe cuándo.
Muchos habitantes se encuentran molestos porque las autoridades continúan obligándolos a mantenerse en cuarentena como única forma de acabar con la contaminación. Especialmente esto ocurre en varias ciudades de China, donde solo en la ciudad de Shanghái las autoridades han confinado a sus 25 millones de habitantes, lo cual ha traído como consecuencia que se estén quedando sin comida. Como anda la situación, no se sabe qué causará la muerte primero, si el Covid-19 o la hambruna.
En todos los países, los habitantes deben continuar usando las mascarillas e inyectándose las vacunas, una de las formas más eficaces de salvar sus vidas, y, además, mantener todas las precauciones necesarias para evitar que el virus continúe acabando con la humanidad.
Si bien han bajado los casos de contaminación y muertes en muchas partes de América Latina, según la Organización Panamericana de la Salud, es imprescindible que los habitantes dejen de sentir que ya ha pasado lo peor, se vuelvan complacientes y descuiden todo lo que los ayude a mantenerlos protegidos.
Es necesario preservar la existencia de la humanidad, pero eso será posible si las poblaciones comienzan a entender que solo ellos, mediante el raciocinio y el buen entender, pueden salvar la supervivencia del hombre en el planeta Tierra.
¿Qué se debe hacer para alcanzar el fin deseado? En primer lugar, olvidarse de todas las parrandas habidas y por haber, hasta que todo se normalice; en segundo lugar, pensar que la vida es efímera y que debe cumplirse de la forma más normal posible, sin causar molestias y penas a los demás. Así que se debe tratar de alcanzar la felicidad de cada uno sin alterar el curso normal de la vida.
En Panamá, los contagios vuelven a incrementarse, sobre todo, en Coclé, donde la gente no parece aceptar que la época de las fiestas y el jolgorio debe postergarse hasta que la población se encuentre totalmente inoculada contra el Covid-19 y todas sus variantes.
“No bajar la guardia”, como se dice todos los días en Panamá, es la solución más eficaz para acabar con la pandemia que no quiere abandonar el planeta Tierra. La lucha es frontal y con todas las armas posibles.