Reunidos en gran número en las escaleras del Congreso estadounidense, frente a la Corte Suprema que pronto podría anular el derecho al aborto, los legisladores demócratas llamaron el viernes a Estados Unidos a movilizarse, en vísperas de grandes manifestaciones previstas para este fin de semana.
“No dejaremos de luchar hasta que todo el mundo, y me refiero a todo el mundo, tenga acceso a abortos seguros y legales, independientemente de sus ingresos, código postal o etnia”, dijo la diputada demócrata Barbara Lee, quien en el pasado habló públicamente sobre su propio aborto clandestino.
Si la Corte Suprema anulara la jurisprudencia que ha fundado el derecho al aborto en Estados Unidos desde 1973, como sugiere la revelación el 2 de mayo de un proyecto de sentencia del máximo órgano judicial del país, cada estado estaría libre de prohibirlo o autorizarlo.
Veinte estados conservadores ya han prometido ilegalizar el aborto, algunos incluso en casos de violación o incesto.
“¿Cómo se le puede decir a una niña de 12 años en Alabama que es víctima de incesto que no puede recibir la atención que merece?”, criticó la legisladora Diana DeGette, quien copreside el grupo proderecho al aborto de la Cámara de Representantes.
Sin la Corte Suprema, las opciones para proteger este derecho a nivel federal son escasas.
La Cámara votó el otoño boreal pasado una ley que garantiza el acceso a la interrupción del embarazo en todo el país. Pero este texto no ha sido aún refrendado por el Senado, donde los demócratas cuentan con una mayoría muy estrecha.
Ansiosas por opinar sobre el debate, varias grandes organizaciones progresistas han llamado a los estadounidenses a marchar en masa este fin de semana.
Cuatro marchas importantes están previstas en Washington, Nueva York, Chicago y Los Ángeles, así como cientos de mítines en el resto del país.
“Los estadounidenses se están manifestando y haciendo oír su voz”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.