Ocho mujeres y tres hombres fueron asesinados en un ataque a tiros contra dos bares y un hotel de la ciudad de Celaya, en el estado mexicano de Guanajuato (centro), informaron este martes autoridades regionales.
El atentado se produjo hacia las 22H00 locales del lunes (03H00 GMT del martes) en un sector donde, según autoridades, es común la venta de droga al menudeo.
Un balance previo daba cuenta de diez muertos.
“Las personas fallecidas, ocho femeninas y tres masculinos de diversas edades, presentan lesiones producidas por impactos de armas de fuego”, detalló un comunicado de la fiscalía estatal.
En el lugar murieron diez de las víctimas, mientras que una mujer que resultó herida falleció cuando era traslada a un hospital, añadió el reporte. Un hombre sigue hospitalizado.
Los cadáveres quedaron tendidos entre las mesas y sillas de plástico de ambos locales, uno de ellos contiguo a un hotel de paso.
En el sitio se encontró un mensaje escrito en cartulina, en el que un presunto grupo criminal se atribuye el ataque y asegura que se trata de una venganza contra otra banda.
“Es un tema de rivalidad delincuencial (…). No es un ataque abierto a la población”, dijo a la televisora Milenio Sophia Huett, secretaria de Seguridad de Guanajuato, al detallar que el móvil sería vengar el asesinato de un supuesto delincuente.
La masacre ocurrió en un sector de la periferia de Celaya donde las autoridades han detectado actividades delictivas.
“No es propiamente un bar en la zona comercial o turística(…). Se encuentra en una colonia (barrio) con antecedentes de constantes detenciones de personas relacionadas con el narcomenudeo y homicidios”, añadió Huett.
Testigos refirieron que personas armadas ingresaron a los establecimientos y abrieron fuego, y luego derramaron gasolina para tratar de quemar las instalaciones.
Una colaboradora de la AFP constató que las fachadas de los sitios atacados mostraban huellas de haber sido incendiadas.
Guanajuato, un próspero centro industrial por donde corre una importante red de ductos y opera una refinería, se ha convertido en uno de los estados más violentos de México por la disputa entre los cárteles Santa Rosa de Lima y Jalisco Nueva Generación.
Las bandas pelean por controlar el tráfico de drogas y de combustible robado, entre otros delitos.
Desde diciembre de 2006, cuando el gobierno lanzó un polémico operativo militar antidrogas, México registra más de 340.000 asesinatos, la mayoría atribuidos por las autoridades a enfrentamientos entre organizaciones criminales.