Por primera vez en Panamá, certificada una finca productora de palma aceitera sostenible

Por primera vez en Panamá, certificada una finca productora de palma aceitera sostenible
El proyecto “Cultivo de palma aceitera”, desarrollado por la empresa Industrias Panamá Boston, S.A., está ubicado en el distrito de San Lorenzo, Chiriquí. Se trata de una plantación de 1,930 hectáreas de palma aceitera, que ha sido avalada con el sello y garantía de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible, RSPO. Foto, PABO.

El 90% de la producción de aceite de palma se exporta.  El 85% de los trabajadores son de la comarca Ngäbe Buglé. La palma aceitera es uno de los cultivos que menos agroquímicos requiere.

Tras cumplir con un riguroso proceso de auditoría de sus procedimientos productivos, gestión del recurso humano e impactos en el medio ambiente, por primera vez, una empresa en Panamá se ha certificado internacionalmente en producción de palma aceitera sostenible.

Se trata de la empresa Industrias Panamá Boston (PABO), la cual, como parte de su integración vertical en la cadena de suministro, mantiene en el distrito de San Lorenzo, Chiriquí, una plantación de 1,930 hectáreas de palma aceitera, que ha sido avalada con el sello y garantía de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible, RSPO (por sus siglas en inglés).

 

El director general de Industrias PABO, Carlos Ortiz, reveló que para la empresa el significado de esta certificación -más que involucrar una inversión económica muy importante- es, en esencia, la materialización del compromiso corporativo de desarrollar una operación con exigentes estándares internacionales, ambientales y sociales, teniendo un impacto positivo en sus trabajadores y en su zona de influencia.

“Podemos demostrar que en nuestros cultivos no hubo afectación de bosques, toda vez que se trataba de potreros y que, con el manejo dado a nuestros cultivos, tanto el suelo como la cobertura vegetal y la vida microbiana se ha recuperado. Además, este cultivo tiene la propiedad de ayudar a la captación de CO2, con cerca 11 toneladas por hectárea de siembra”, detalló el directivo de Industrias PABO.

 

Paralelamente, Ortiz añadió que, a través del cultivo ambiental y socialmente responsable de palma aceitera, se genera un impacto económico significativo en la región, que alcanza a proveedores y comunidades vecinas.

“Estamos entre los principales generadores de empleo formal y digno, alcanzando a más de 200 familias, con una inyección directa mensual de unos USD 120 mil únicamente en salarios directos y USD 180 mil en otros servicios de apoyo a la producción”, reveló el directivo de PABO.

El aceite de palma africana (Elaeis guineensis). es el más utilizado en el mundo.  De cada diez productos que contengan aceite en su composición, siete contienen aceite de palma.  Aceites comestibles (vegetales), mantecas, margarinas, cremas y coberturas, snacks, chips, galletas, pastelería industrial, precocinados, velas y cosméticos, así como productos de limpieza como jabones y detergentes, son algunos de los productos de consumo diario y masivo que, entre sus ingredientes, incluyen aceite de palma. El 19,3% del aceite de palma global está certificado. Otra bondad de este aceite es que puede ser utilizado como materia prima para fuente de energía renovable como biocombustibles.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *