Líderes indígenas y del gobierno de Ecuador se reúnen este lunes en un intento por desactivar las masivas protestas que completaron dos semanas de presión para exigir alivios contra el elevado costo de vida.
En un segundo acercamiento, miembros de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, dialogan en la Basílica del Voto Nacional de Quito.
La idea es “que podamos tener de alguna manera una política que pueda beneficiar más a los pobres”, empezó diciendo Leonidas Iza, presidente de la Conaie en la reunión transmitida por redes sociales.
Unos treinta representantes de distintas organizaciones, incluída la Iglesia y la Defensoría del Pueblo, rodean la mesa de diálogo.
“Los pueblos indígenas realmente hemos sido insultados”, continuó Iza, líder de las protestas y hasta ahora el único de los participantes en haber hablado.
Unos 14.000 indignados protestan en Ecuador con un abanico de reclamos y una punta de lanza: reducir precios de combustibles que encarecieron los fletes en las regiones agrícolas y llevó a los campesinos a cosechar a pérdida.
El movimiento indígena y el gobierno sostuvieron un primer acercamiento en privado el sábado, del que no se conocieron detalles. En ninguno ha participado el presidente derechista Guillermo Lasso.
En medio del estallido social, el Parlamento debate desde el sábado la posibilidad de destituir al mandatario, a quien un sector de la oposición considera responsable de la “grave crisis política y conmoción interna” que vive el país desde el 13 de junio
Acosado por las protestas y el Congreso, Lasso ha cedido parcialmente en algunos de los reclamos de los indígenas como muestra de voluntad de diálogo.
El jueves permitió a unos 5.000 manifestantes alojarse en la Casa de la Cultura, un lugar simbólico de los pueblos originarios, que estuvo hasta entonces requisado por la policía.
El sábado puso fin al estado de excepción, bajo el cual los militares salieron de los cuarteles y se decretó un toque de queda nocturno en Quito.
Y el domingo redujo precios de combustibles, aunque no en la proporción que pedían los indígenas y que fue el detonante de la crisis.
Mientras tanto los cortes de ruta y la toma de más de 1.100 pozos en medio las manifestaciones tienen en jaque al petróleo, principal rubro de exportación. Si las protestas continúan, el país podría dejar de producir el oro negro en 24 horas, de acuerdo al gobierno.