Un bronce histórico que vale oro para el futsal panameño y que reclama apoyo

Un bronce histórico que vale oro para el futsal panameño y que reclama apoyo
El capitán de la selección panameña de fútbol sala, Edgar Rivas, celebra luego de ganar la medalla de bronce, el 29 de junio de 2022, en los XIX Juegos Bolivarianos en Valledupar (Colombia). EFE/Luis Eduardo Noriega A.

La situación de la disciplina es tan compleja que el equipo no tuvo ni una semana completa para trabajar juntos.

Pitazo final y el coro “sí se pudo, sí pudo” resonó en el Coliseo de Ferias de Valledupar, donde un puñado de deportistas partió en dos la historia del fútbol sala panameño con una medalla de bronce en los XIX Juegos Bolivarianos que no estaba en los planes de nadie.

“Vamos a crecer, estoy seguro. Vamos a ser una potencia en toda el área de la Concacaf y después, más allá”, dice a Efe Edgar Rivas eufórico mientras arrastra un altavoz Bose que animará el festejo en el camerino.

Antes de unirse a sus compañeros para disfrutar de un momento que han esperado por años, el capitán canalero se toma unos segundo para reflexionar sobre la repercusión que tendrá esta conquista, que pudieron redondear con la goleada 10-2 sobre El Salvador en el último partido.

“Todo Panamá y el mismo Manuel Arias, el presidente de la Federación, le van a coger más cariño al fútbol sala”, sostuvo el cierre panameño, quien repitió una y otra vez: “Hicimos historia, no tenía medalla en los Bolivarianos”.

Los dirigidos por el entrenador Apolinar Gálvez disputaron cinco encuentros para un registro de tres victorias, un empate y una derrota. No sucumbieron ante Colombia, la gran favorita, que finalizó con el oro, e igualaron 4-4. Y a los paraguayos, dueños de la plata en Valledupar, los vencieron 3-2. El resbalón fue ante Venezuela con la caída 2-1.

CINCO DÍAS DE PREPARACIÓN

Llevar más de una década jugando para la selección le permite imaginar que este resultado “abrirá muchas puertas para el futsal panameño”, pues su país no tiene liga profesional para dar competencia y visibilidad a “tanto talento”.

La situación de la disciplina es tan compleja que el equipo no tuvo ni una semana completa para trabajar junto antes del viaje a Valledupar para asumir la competencia.

“La realidad es que salimos de casa sabiendo que iba a ser muy difícil. Nos preparamos en cinco días. No puedo decirle por qué, pero con cinco días tenemos una medalla”, cuenta el capitán,

En medio de las dificultades y de tantas carencias, el seleccionado canalero hizo clic con ese empate con Colombia en el debut. Vieron que tocar podio era posible y fueron de menos a más para gestar una mística que pudo identificar el propio entrenador Apolinar Gálvez, leyenda de la disciplina. Como jugador hizo parte de la histórica clasificación al mundial de Tailandia 2012, en el que anotó un gol.

El estratega reconoce a Efe que hubo pocos días de trabajo, pero advierte que están recogiendo los frutos de años de sacrificio y de un buen cambio generacional que empezó durante la clasificación al mundial de Lituania 2021, en el que estuvo como asistente técnico, igual que en Colombia 2016.

Le dio crédito a su antecesor, el técnico venezolano José Botana, quien estuvo al frente de este proceso y dejó “muchas cosas importantes, muchas herramientas para seguir creciendo y competir con selecciones top”.

TALENTO SIN ESTRUCTURA

Sin dejar de mirar el bronce que lleva colgado, el entrenador concluye que “llevar una medalla a suelo patrio es algo prestigioso y muy grande, no hay palabras para describirlo”.

Ese logro, que está avalado para disfrutar, no le nubla ante la realidad. El “profe Apo”, como lo llaman sus jugadores, lamenta que los chicos que en Valledupar se midieron ante jugadores que militan en clubes de Europa no tengan las oportunidades que merecen. “De ellos, si acaso, dos o tres juegan fuera de Panamá, los demás lo hacen en el país, en canchas no reglamentarias, de 3 contra 3 o 4 contra 4”.

En ese sentido, Rivas ilustró la realidad de su país. De los once jugadores que participaron en los Bolivarianos, solo Michael de León y él juegan en el exterior. Ambos juegan en el club Paraíso de Costa Rica. “Vinimos con las uñas”, acota.

Gálvez, quien espera apoyo y estructura para fustal, finaliza señalando que “estos jugadores así, solo con su talento, logran medalla y van a mundiales. Todavía no sé qué pasa”.

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